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/Lilith/

Termino de lavar los últimos vasos cuando siento los brazos de Itadori rodeándome, sonrío sintiendo esa agradable sensación en el pecho.

Nunca había sentido tanto cariño.

Pienso como cada vez que él o Sukuna me dan una caricia, ambos son muy cuidadosos conmigo, cada uno lo hace a su forma pero puedo percibirlo de ambos.

*Vamos a dormir-dice contra mi cuello haciéndome cosquillas.

*Creo que te excediste con tus ejercicios hoy-digo secándome las manos con una paño.

*No quiero quedarme atrás-dice bajo-tú y Sukuna han avanzado mucho-me doy vuelta quedando frente a él-quiero poder protegerte tanto como él-me apoyo contra él y siento como apoya su cabeza sobre la mía.

*Ya han hecho demasiado por mi-aclaro-y no es que ustedes deban protegerme a mi, debemos protegernos entre los tres-nos alejamos y él besa mi frente.

Nos acomodamos en la cama mientras la luz de la televisión que Gojo nos envió ilumina levemente la habitación. Nunca pensé que habría una de estas en el templo y aunque mi primera reacción fue negarme después de recordar todo, me contuve y lo acepté, además Itadori estaba feliz de poder ver algo de televisión después de tanto tiempo.

Ayer volvimos al templo junto a Itadori mientras Sukuna fue a resolver unas cosas por su cuenta, al menos eso dijo...

Salgo de la carpa intentando despertar por completo pero termino bostezando, mis ojos se fijan en la fogata. Ahí esta la pequeña olla en la que Itadori y Sukuna preparan la comida, lugar al que no dejan que me acerque mucho porque soy un desastre cocinando.

La olla está con agua soltando unas burbujas y entonces me doy cuenta de que quien esta fijando sus ojos sobre ella es...

-Itadori-llamo sorprendida, él se voltea y me sonríe como siempre, de esa forma tan radiante.

-Buenos días-saluda y se levanta.

-Pensé que estos eran los días de Sukuna-digo sorprendida. Si bien me siento bien con ambos, sé que ellos son muy estrictos con los tiempos de ambos.

-Lo son-dice la voz orgullosa detrás de mi, abro los ojos sorprendida y me volteo levemente.

Él me mira con una sonrisa orgullosa, aunque tiene la misma apariencia que cuando toma posesión del cuerpo de Itadori, tiene cierto aire distinto...salvaje y su alma aplasta la mía.

¿Siempre ha sido tan fuerte?

-¿Qué...?-su mano toma mi mentón y se acerca para besarme con fuerza.

Luego de eso me explicaron lo que había pasado, aunque estaba sorprendida la inseguridad apareció en el momento en que Sukuna dijo que tenía que resolver unas cosas y que iría por su cuenta.

*¿Crees que será así cuando arreglemos todo?-lo miro, él tiene sus ojos sobre la pantalla pero sé que no esta prestando atención-¿quieres que volvamos aquí?-aprieto los labios.

*Me siento fuera de lugar-confieso-siento que ya no pertenezco aquí.

*¿Eso te hace sentir muy mal?-él me mira y siento su brazo pasando por mi espalda de arriba hacia abajo.

*Algo-susurro molesta-¿a ti te molesta?-sonríe de lado.

*Me molesta recordar lo que hay aquí-dice divertido-pero si tu quieres estar aquí, lo acepto.

*¿No extrañas tu vida de antes?-pregunto insegura, frunce el ceño y me mira.

*¿Eso te preocupa?-intento correr la mirada pero toma mi mentón-respóndeme, Lilith.

Libres (Sukuna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora