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El día llego y Alai entro a la casa con un pequeño bultito en brazos. Sus papás lloraron al verla y con mucho cuidado la abrazaron.
Ya había visto a su nieto, sí, pero solo lo veían atravesó de la incubadora, rodeado de cables. Era la primera vez que lo veían tan cerca, apreciando cada facción de aquel rostro que solo mostraba perfección.

Teo estaba detrás de ella, abrazándola y apoyando el mentón en su hombro para poder tener una vista perfecta del bebe.

-Es el pollito más hermoso.- Susurro y Alai rio destapando el rostro del bebe que había quedado bajo el bulto de mantas.

-Oficialmente él es Eros.- Dijo ella sonriente y sus papás sollozaron.

-Te amo gordita.- Harry se acercó a abrazarla y le beso la mejilla.

-Mira bichín.- Hablo Louis ajustando a Francia en sus brazos.- Él es Eros.- La acerco al bebe con cuidado y controlando las manitos curiosas que sin intención podían soltar un cachetazo.

-Edbdb.- Balbuceo Francia y todos rieron.

-Te extrañe gorda.- Dijo Alai besando la mejilla de su hermana y haciéndola reír.- Bueno ¿Van a seguir mirándolo como boludos o lo van a alzar?- Le pregunto a sus papás y estos rieron.

Harry fue el primero en acercarse y tomar al pequeño bebe entre sus brazos, llorando al sentir el peso después de tanto tiempo.

-Hola bonito mío.- Susurro y le beso la nariz de botón.

-No.- Dijo Teo y Harry alzo la vista.- Busca otro apodo, bonito no.- Todos rieron.

-Tenes un tío celoso.- Le susurro al bebe y escucho a Teo bufar.- Sos muy hermoso mi gordo.- Sollozo recorriendo el pequeño rostro con la yema de sus dedos.

A su lado apareció Louis abrazándolo por la cintura. Francia estaba ahora en brazos de Teo quien la hacía reír eufóricamente. El castaño apoyo el rostro en el pecho de Harry y este lo abrazo por los hombros con su brazo libre. Sus miradas se conectaron después de un rato y se sonrieron embobados.

-Somos abuelos.- Dijo Harry aun no creyéndolo y Louis asintió apartando aquella lágrima rebelde de la mejilla de su esposo.

-Te amo.- Susurro a centímetros de su boca.

-Te amo.- Respondió el mayor y se dieron un beso.

Volvieron la vista a Eros y luego a Alai y Teo quienes hacían carcajear a Francia. No cabía más felicidad en sus pechos, tenían todo lo que alguna vez habían soñado. Se tenían y eso era lo más importante.

Trust me (Larry Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora