-Diría que acabas de arruinar mi comida pero alguien ya se ganó ese privilegio -Dije cuando termine de tragar un pedazo de pastel.Blaine, sin siquiera sentirse ofendido, tomó asiento en el lugar en donde hace unos minutos estaba Astello.
-Me entristece saber que no fui yo quien arruinó la comida, mi lady -Dijo con sarcasmo.
-¿A qué ha venido, sir Blaine? -Pregunté en un suspiro.
¿No podía tener un segundo tranquila?
Las palabras de Astello seguían rondando en mi cabeza y ahora tendría que aguantar al idiota no tan idiota de Blaine. Definitivamente me daría dolor de cabeza en cualquier momento.
Blaine se quedó, por unos minutos, acompañándome en la comida y hablando de cosas sin importancia. Le daba unas cuantas moradas precavidas a las sirvientas que estaban a una distancia prudente de nosotros.
-Vayan a descansar -Les ordené a las dos sirvientas que estaban paradas a un lado, quienes obedecieron sin refutar-. Ahora estamos solos, hablé.
-Me encanta el carácter que se esconde debajo de su máscara de lady -Sonrió.
-Si solo va a burlarse me iré.
-Iré directo al grano -Dijo rápidamente-, debemos prepararnos para la reunión de esta noche. El plan debe estar perfecto, mientras más rápido lo terminemos más rápido podremos acabar con el Emperador.
-¿Viene aquí para que pensemos algo o viene aquí para que yo le de mis ideas?
-Un poco de ambas -Sonrió con descaro.
Podría resultar fácil, los hombres que irían a la guerra serían los caballeros del imperio y los hombres de familias nobles, claro que no todos.
-Podríamos reclutar plebeyos que estén en contra del Emperador -Blaine negó rápidamente.
-Los plebeyos no se llevan bien con los nobles -Se explicó.
-“El enemigo de mi enemigo es mi amigo” -Le sonreí con soberbia-. Los plebeyos rebeldes se nos unirán a nosotros con tal de ver en el barro a su enemigo odiado.
Blaine se quedó pensando unos segundos, analizando mis palabras.
Él sabía que yo tenía razón, era la mejor opción aliarse para conseguir un objetivo en común. Cuando hayamos logrado lo que ambos, nobles y plebeyos, queremos nos preocuparemos de que hacer después.
-¿Cómo confiar en que los plebeyos no nos traicionaron? -Desconfió.
-Los plebeyos se rigen por sus propias leyes y normas -Le expliqué-, debemos encontrar a un hombre que tenga la total confianza de ellos y que pueda ser nuestro… negociante o mediador, como quiera llamarlo.
-¿Cómo conseguiremos a ese “mediador”?
-No se preocupe, yo me encargaré de ello.
-De acuerdo -Aceptó-, ¿Luego?¿Qué haremos?
-Cuando tengamos a nuestro propio ejército, atacaremos -Expliqué mirando el jardín-. El Emperador nunca va a la guerra, se encontrará resguardado en su dichoso castillo sin imaginar lo que le esperará.
-A pesar de que los caballeros imperiales estarán en la guerra, el castillo seguirá siendo un lugar difícil al cual entrar a la fuerza y con un ejército.
-Piense un poco, sir -Sonreí-. No puedo darle todas las respuestas.
-La Emperatriz -Susurró.
-Eureka -Susurré.
-Me fascina su inteligencia y astucia -Su mirada me recorrió el cuerpo y terminó estancada en mis ojos.
-Y usted me sigue repugnando -Sonreí con ironía.
Blaine solo rió, lo mire por unos segundos, analizando su comportamiento.
¿Qué podría llevar a un hombre como él a querer vengarse? Arriesgándose a terminar acusado de traidor y muerto en la guillotina.
-¿Puedo hacerle una pregunta? -Él me miró curioso.
-Adelante.
-¿Por qué busca venganza? -Se tenso- Es decir, yo tengo mis motivos pero, ¿Usted?¿Cuáles son sus motivos?
Miro el cielo por unos instantes, como si estuviera acomodando sus pensamientos y analizando qué respuesta sería la mejor para dar.
Dio un suspiro, un gran suspiro, de esos que se salen cuando ya estás cansado de llevar un gran peso encima de ti.
-Mi madre -Me miró y en sus ojos pude darme cuenta de todo el autocontrol que estaba usando para no romper a llorar ni que su voz se quebrara, no lo entendí-. La Gran Duquesa Castiello no es mi madre, mi madre era solo una sirvienta quien estuvo en el lugar equivocado -Dio un vistazo a la mansión-. Está majestuosa mansión es solo el contenedor de los gritos y las torturas que mi madre recibió, todo por haber tenido la desgracia de ser el caprichoso del Gran Duque Castiello.
-¿Por qué hablas de ella en pasado? -Pregunté, como una ilusa, en un susurro.
Él solo me dio una sonrisa triste mientras cerraba sus ojos. El dolor que cargaba Blaine era algo que no me había dado cuenta hasta ese momento, había abandonado su fachada de egocéntrico y ahora tenía frente a mí al verdadero Blaine Castiello, un niño completamente roto en el cuerpo de un hombre.
-La Duquesa le propició todo tipo de torturas, el Duque nunca hizo nada para impedir el dolor de mi madre -Estaba perdido en sus pensamientos-. Al final mi madre no pudo aguantar más y terminó muriendo, sola y en medio de una tortura -Cerro sus puños con fuerza y frunció el ceño-. Después de eso, la Duquesa fijó su vista en mí y yo fui en blanco de sus ataques -Susurró con pesar.
Y fue en ese momento en que toda la perspectiva que tenía respecto a Blaine cambió por completo.

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Ciel
Fiksi Sejarah«BORRADOR» Trilogía: Reencarnación #1 "Nos arrebataron la posibilidad de estar juntos una vez y no estoy dispuesto a que nos vuelvan a separar. Te buscaré en cada vida que tenga hasta que por fin pueda tenerte en mis brazos y gritar al mundo todo el...