Capítulo 19

199 17 3
                                    


-Al parecer los hermanitos se pelearán por ti, mi lady -Susurro en mi oído, cosa que me hizo sobresaltar.

-¿Qué hace aquí, Astello? -Suspiré, si pensaba que iba a librarme de él solo por mudarme al parecer me había equivocado.

-¿Yo? Nada, solo estoy siendo un observador.

-Podría dejar el misterio de lado, ya me tiene harta que se haga el interesante -Dije de mal humor.

-No me hago el interesante, lo soy -Me dio una sonrisa-. Por cierto, está muy mal escuchar conversaciones ajenas, deberíamos irnos antes de que la atrapen.

Ahí tenía razón, ignorándolo paso a un lado de él y me encaminé hacia mi habitación, seguida de cerca por Astello.

Era raro pero ya me había acostumbrado a sus apariciones y desapariciones, eso no quitaba el hecho de que todavía sentía algo de miedo y desconfianza hacía él.

-¿Y bien?¿A qué se debe tu visita esta vez? -Hablé mientras tomaba asiento en la cama.

-Solo quería visitarte y conocer tu nueva casa -Se puso a mirar toda la habitación hasta verme a mi nuevamente-, después de todo no haces caso a lo que te digo.

-¿Será por que no me dices nada en concreto que pueda entender? -Pregunté irónica.

-Touche, pero si te lo digo directamente no tiene gracia -Me sonrió.

-Para mi si la tendría -Le sonreí.

-Pero para mí no sería divertido que supieras todo de una vez.

-Por favor -Le suplique a lo que él suspiro.

-De acuerdo -Le di una sonrisa-. Tú, mi querida Athanassia, estás maldita.

-¿Qué?¿Tú también saldrás con eso?

-Oh, dejaste de llamarme por “usted”, ¿Eso significa que ya somos cercanos?

-No cambie el tema, Astello. ¿Cómo eso de que estoy maldita?

-Bueno, si no te encuentras con el amor de tu vida tu alma será condenada a reencarnar y hasta que en alguna de esas vidas puedan estar juntos -Hizo un gesto con la mano como restándole importancia-. Un Duque, hace años, se enamoró de una joven y como no pudieron estar juntos hizo algo así como un pacto. Es una historia larga, tú solo tienes que saber que tienes que encontrar a esa alma que es el amor de tu vida.

-¿Y a ti en que te afecta todo esto?¿Por qué quieres ayudarme?

Astello sonrió de una forma sombría, aunque solo duró unos pocos segundos pude verlo.

-Digamos que yo también estoy ligado a esa maldición.

-¿Y si no quiero buscar a esa alma que supuestamente es el amor de mi vida?¿Qué pasaría?

-Morirás.

-De todas formas moriré en algún momento -Me encogí de hombros.

-¿No tienes ningún interés en buscarlo o no tienes ningún interés en el amor en general?

-No creo que exista algo así como el amor o por lo menos para mí vida no lo existe.

Astello me dio una mirada seria, sombría y sin más volvió a desaparecer.

-A mí también me encanta hablar contigo, Astello -Dije al aire.

Solté un suspiro y me tiré a la cama. Casian y Blaine parecían estar hablando en serio cuando los espié mientras ellos estaban en la oficina.

¿Qué habrá hecho cambiar de parecer a Blaine para querer, de un día al otro, hacerse cargo de sus obligaciones?

Casian era como un libro abierto, podía leer sus emociones sin ningún problema; pero Blaine, Blaine era todo lo contrario. Detrás de su sonrisa compradora había una máscara que no dejaba ver sus verdaderas emociones, ni lo que podía estar llegando a pensar. Las personas como él, que ocultaban lo que pensaban o la mayoría de sus emociones, eran personas de las cuales tendía a cuidarme y desconfiar.

La realidad era que me daba igual con quién de los dos me fuera a casar pero no quería que me metieran en medio de ese problema, ya bastante tenía con los míos. Dejaré que ellos lleguen a un acuerdo o se maten entre los dos, en el peor de los casos. Por un lado me daba pena Casian, se nota que está sintiendo algo por mí pero nunca voy a poder corresponder de forma correcta a ese sentimiento.

Por otro lado estaba preocupada por Luca, se supone que hoy se encontraría para hablar con Jenna y tratar de convencerla, esperaba que le fuera bien y pudiéramos sacarnos de encima a Charlotte. Aunque era obvio que ello no se iba a ir así como así, sin dar pelea, pero no era algo que me preocupara.

Luego estaban los Bonavota, ya teníamos prácticamente tres territorios en la fronteras del imperio en nuestro poder. Además de que envíe a Carlo allá para que verifique el estado de los tres territorios y los preparará para ser el próximo peaje para el recaudo de impuestos, con esa excusa le empezaríamos a ponerle trabas a la familia Bonavota. Mientras que mamá ya se estaba encargando de fundar la nueva empresa familiar: la Joyería Visconti.

-Necesito un descanso de todo esto -Suspiré.

Aunque todo fuera agotador sentía que yo no estaba haciendo nada verdaderamente relevante. Me sentía inútil, quería irme de este lugar para volver a mi verdadera casa y ayudar a mi familia.

Estaba sumergida en mis pensamientos cuando alguien tocó la puerta. Suspirando me puse de pie y fui hasta allí, cuando la abrí pude ver a Casian detrás de ella.

-¿A qué se debe esta agradable visitar? -Pregunté con una sonrisa.

Él se encontraba perdido en sus pensamientos, podía darme cuenta de ello. Es por eso que adoraba a Casian, era un libro abierto que podía leer cuando quisiera, las personas así suelen ser leales y de confianza. Si tuviera que elegir entre los dos definitivamente sería a Casian, pero de todas formas me daría igual estar en un matrimonio con él o Blaine, sin embargo la preferencia estaba.

-Quería saber si está cómoda en su nueva habitación, mi lady -Lo invite a pasar.

-Más que cómoda, este lugar es espectacular.

-Me alegra escuchar sus palabras -Me sonrió, sacó algo de su bolsillo y me lo dio-. Es el anillo de compromiso de la familia, pensé que era bueno que lo tenga usted.

Abrí la pequeña caja y vi un anillo de plata con un pequeño diamante blanco, era simple pero hermoso. Me conmovió que Casian me haya dado el anillo de su familia, a pesar de que este compromiso fuera arreglado.

-Me halaga que usted me entregué está joya familiar, más aún al tener en cuenta que nuestro matrimonio es arreglado.

-No es nada, señorita. Quisiera que nuestro matrimonio fuera lo mejor para los dos y que en un futuro podamos sentir algo de cariño hacia el otro o tal vez algo más.

-Lo siento, Casian -Lo miré apenada- pero nunca podré llegar a amarlo, tal vez le tome cariño pero no amor.

-Oh, no me malinterprete. No voy a obligarla a amarme, solo espero que algún día podamos querernos a pesar de no casarnos por amor.

A pesar de sus palabras podía ver en sus ojos el dolor de haber escuchado lo que le dije, sabía que Casian deseaba ser amado pero no quería engañarlo.

No iba a amarlo y de eso estaba segura.

CielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora