Ciel

Capítulo 61

La noche se me hizo eterna, tal vez fue el hecho de no poder pegar ni un ojo y dormir. Me pareció que el sol tardó años en salir. Cuando las mucamas aparecieron en mi habitación yo estaba sentada en mi cama, mirando algún punto de la pared.

En esas horas no había pensado en nada, pero al mismo tiempo miles de pensamientos me atormentaban. El miedo a morir no podía evitarlo pero mi ambición por lograr mi tan querida venganza le ganaba a ese miedo.

Lara apareció unos minutos después, cuando estaba en medio de mi baño matutino. Despedí a todas las otras sirvientes y nos quedamos las dos solas.

-Cuéntame todo -Le ordené sin mirarla.

-La Duquesa planea ver al Emperador hoy, quiere enviar a sir Blaine al campo de batalla en lugar de sr Casian.

Me quedé en silencio. Tal vez la Duquesa planeaba matar a Blaine durante la guerra y hacerlo ver como una baja más, así poder deshacerse de él sin levantar sospecha alguna.

No estaba del todo segura de si me convenía que Blaine fuera en lugar de Casian. Allí estaría en peligro, no solo por el enemigo, sin embargo que Casian se quedará podía ayudarme a hacer todo mis planes más rápido.

Debía pensarlo bien antes de actuar y hacer algo.

-Además -Agregó-, hablé con aquel hombre. Esta noche vendrá para verla y traerá todo lo que junto sobre Charlotte Vel Laviti.

-Perfecto -Dije mientras me ponía de pie y salía de la bañera-. Si lo que me trae es de utilidad podré deshacerme de ella de una vez por todas.

-Pero la señorita Charlotte no es una amenaza -Me miró con confusión- ¿Por qué atacar primero?

-Es mejor sacar todas las piedras del camino antes de que sean una molestia. Que ahora sea inofensiva no garantiza que en el futuro lo siga siendo.

-¿También se deshará de la Duquesa?

-¿Por qué? -Me puse frente a mi doncella y la miré directo a los ojos- ¿Acaso están creciendo sentimientos por ella?

Lara negó rápidamente con su cabeza.

Si la Duquesa se reunía hoy con el Emperador entonces me tocaría a mí comenzar con mi jugada. Sonreí y le pedí a Lara que me preparará mi ropa. Voy a aprovechar la ausencia de la Duquesa para planear mi dichosa boda y hablar con el Duque.

El desayuno, como el de todos los días, fue llevado en silencio por Casian, quien me miraba algunas veces, Blaine, quien no paraba de ver seriamente a la Duquesa, y yo, que me hacia la idiota ignorando las miradas de Casian. La Duquesa y el Duque parecían estar en su propia burbuja, charlando y sonriendo el uno al otro.

Era realmente bello ver el amor con el que el Duque miraba a su esposa, claro, si ignorabas el hecho de las aventuras de ella y estar consciente que todo era una simple actuación de su parte. Pobre Duque.

Casi me causaba risa ver toda la triste actuación.

-Señorita Athanassia -Se dirigió a mí el Duque.

Eran pocas veces las que habíamos compartido algunas palabras, sin embargo esas pocas veces me dejaron darme cuenta que no era un mal hombre. Lástima que esa opinión cambió al enterarme de lo que le había hecho a mi padre.

Le sonreí y lo miré, esperando escuchar que era lo que quería decirme.

-A pesar de vivir en la misma casa no hemos tenido la oportunidad de vernos seguido, más allá de las comidas, claro.

-El Duque es un hombre ocupado -Le sonreí-, entiendo perfectamente si no podemos reunirnos, sus responsabilidades son mayores de las que podría imaginar.

-¿Cómo ha estado? ¿Se siente cómoda? Si hay algo que le molesta o algo que quiera, puede pedirlo y se harán las cosas como le parezca. Después de todo usted es la próxima dueña de esa casa.

La Duquesa apretó la mandíbula, quiso esconder su enfado pero solo logró dar una sonrisa tensa mientras veía a su esposo. Por mi parte fue inevitable sonreír mientras miraba al Duque, el comentario no estaba dirigido para hacerme sentir cómoda a mí, sino que lo dijo para recordarle el lugar a su esposa y pude darme cuenta de ello gracias a la mirada que le dio a Cassian luego de decir aquello.

Mi prometido era una pieza muy útil en este gran tablero de ajedrez.

-Me halagan sus palabras, Duque -Le respondí-. Estoy muy cómoda con todo aquí, pero no creo que sea apropiado cambiar cosas o personas del lugar que todavía tiene una dueña, aunque dentro de poco esa dueña cambie.

Blaine llevó la copa de vino a sus labios, ocultando una sonrisa al ver como la Duquesa me miraba con ganas de matarme.

Lo mejor era que ella no podía decir nada, ya sea por su esposo presente o porque yo la tenía en la palma de mi mano al saber su secreto.

-¡Tonterías! -Exclamó Cassian- Debería empezar a hacer las tareas de la dueña de la casa de a poco, así se va familiarizando con ellos ¿No lo crees así, madre?

Tres pares de ojos fueron directamente a la Duquesa, quien parecía aturdida mirando a cada uno de los presentes en la mesa.

La pobre mujer estaba sin palabras, se veía como si estuviera pensando rápidamente en qué contestar, mirando a su esposo como si esperará alguna ayuda de su parte.

-Creo que es muy pronto -Respondió al final con resignación-, la señorita aún es muy joven y debe educarse más.

-Yo estoy de acuerdo con mi hermano -Interrumpió Blaine-, la señorita es lo suficientemente capaz, después de todo viene de la segunda familia más noble del Imperio -Le sonrió con sarcasmo a la Duquesa.

-No quiero que se sienta agobiada -Se excuso-, creo que por el momento debería centrarse en la boda y luego ocuparnos de las responsabilidades de duquesa ¿Qué opinas, querido?

El Duque la observaba en silencio y con seriedad, luego de unos segundos le sonrió con cariño.

-Tienes razón, cariño. Es mejor no apresurarnos, después de todo tenemos mucho tiempo.

Tal vez ellos tenían mucho tiempo, pero yo no.

Blaine y yo nos miramos, compartimos una mirada cómplice al saber que este era un primer paso. No había planeado tomar el poder de la duquesa tan rápido, pero esto me había adelantado un poco más para llegar a mi fin.

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Hola, volví ahre

Perdón por desaparecer, estaba en medio de mi pozo oscuro y no hay buena señal, espero que les gusté el capítulo y la semana que viene voy a estar subiendo el siguiente.

Los tkm<3