-Disculpe, lady Athanassia, su hermano está esperándola en el salón de té -Me habló el mayordomo.-Muchas gracias por avisarme, Alfred.
Luego de dar una reverencia se fue por él mismo camina por donde vino.
Hacía dos días exactamente que me mudé a esta casa y no veía ni a mamá ni a Luca. Tampoco es que fuera a morirme sin ellos pero nunca había estado separada de ellos por mucho tiempo.
Cuando llegué al salón en el que se encontraba Luca lo vi sentado a punto de tomar un bocadillo de la mesa.
-Siempre comiendo -Hablé sorprendiendolo-. Te pondrás gordo, hermanito.
-Hago ejercicio todas las mañanas, hermanita, pero agradezco tu preocupación -Dijo irónico.
-¿A qué has venido, Luca? -Pregunté mientras tomaba asiento frente a él.
-Hablé con Jenna pero se negó a casarse conmigo, le expliqué la situación pero de todas formas se negó.
-No puede ser -Murmuré para mí misma.
-Pero -Sigo Luca- me ofreció otra clase de trato -Me sonrió-. Está dispuesta a ayudarnos pero quiere algo a cambio.
-¿Y que quiere?
-Heredar el título de Duque -Tomó otro bocadillo-. Me dijo que si la ayudamos con eso ella podría hacer que mi matrimonio con Charlotte se cancelara y no perdiéramos nuestra buena relación con la casa Vel Laviti.
-Claro -Murmuré-, al heredar ella el título de Duque será ella quien controle todo en la familia Vel Laviti y nos debería una gran favor por ayudarla a ser nombrada cabeza de la familia.
-Exacto, no solo tendríamos una buena relación con la cabeza de su familia sino que también nos debería un gran favor.
-¿Y sus hermanos? Ninguno dejaría que ella heredará ese título.
-Sus hermanos son dos incompetentes, si el Duque de Vel Laviti tiene algo de cerebro sabrá que Jenna es mucho más capaz que sus dos ineptos hijos -Me explico Luca.
-Solo necesitaríamos que se aprobará una ley que dijera que las mujeres también pueden heredar el título de Duque o Marqués, ¿Cómo haremos eso?
-Ya lo pensé todo, hermanita. La casa Castiello tiene un gran poder en el consejo, si logras que ellos acepten esa nueva ley de herederas te aseguro que más de la mitad de los votantes también estará a favor.
-Tú votarás a favor, obviamente. Puedo hablar con mi futuro suegro y persuadirlo sobre aceptar esa ley pero todavía queda la parte conservadora del consejo, no dejarán que una mujer sea la cabeza de una familia ni de broma.
-Por esos viejos no te preocupes, un poco de dinero por aquí, otro poco por allá y los tendremos en la palma de nuestras manos -Me dio una sonrisa.
-¿Cuánto tiempo tomará hacer esa ley y que la acepten? -Pregunté.
-Los papeles para presentar la ley ya los tengo, solo faltaría darlo en el consejo y hacer la votación -Se quedó unos minutos pensando-. Digamos que si todo sale bien y la ley se aprueba, en unas tres semanas ya estaría vigente.
-Perfecto -Sonreí.
Seguimos bebiendo té y charlando, la situación Charlotte-Jenna se estaba por solucionar en poco tiempo y ni siquiera tuve que preocuparme por eso, me calmaba tener a Luca de mí lado. Estoy segura de que si estuviera sola no podría haber solucionado nada y menos en tan poco tiempo.
-¿Cómo va tu trabajo con la caballería real, hermanito?
-Es de lo más cansado que hice en toda mi vida -Suspiro y me miró cansado-, es todo: papeleo, ejercicios, debates, papeleo, ejercicios, debates, problemas entre guardias. Parecen niños de nueve años que no saben hacer otra cosa que no sea pelear.
-¿Tan malo es? -Pregunté aguantando una sonrisa.
-Los caballeros de la rosa se pelean todos los días con los caballeros de plata, no se aguantan entre sí. Para colmo los líderes de las dos caballerías tampoco, es frustrante que peleen en cada reunión que tenemos.
-Debes tener mano firme, Luquita, piensa qué haría papá en tu lugar -Cuando levanté la vista del bocadillo que había tomado vi como Luca me sonreía tiernamente- ¿Que sucede? -Pregunté confundida.
-Hace mucho que no me llamabas “Luquita”.
-Ya no eres un niño para que te llame así, pero si te gusta lo haré más seguido -Le aseguré.
Luca me dio otra sonrisa que correspondí y seguimos hablando hasta perder la noción del tiempo. Para el momento en que se fue habíamos terminado de hablar de todo.
Me comentó que Marco aprobó el examen y el Marqués Santini nos vendió sus tierras, Carlo se encargó de preparar todo en nuestras tres fronteras, además el emperador ya había aceptado que la casa de Visconti se encargue de la recaudación de impuestos mediante un peaje en las fronteras. Hasta ahora todo con respecto a eso iba de acuerdo al plan, no me preocupaba mucho ese hecho.
-¿En qué piensa tanto, mi lady? -Habló alguien detrás de mí.
-Asuntos sin importancia.
-Me comentaron que su hermano vino de visita -Dijo Casian mientras tomaba asiento frente a mí.
-Así es, al parecer me extrañaba mucho -Le comenté con una sonrisa.
-Es una persona fácil de querer, obviamente en su ausencia se la extraña -Me miró tiernamente-, le quería dar un obsequio.
-¿Otro?
-Espero que no le moleste -Me miró apenado-, es que siento que darle obsequios y hacerle sentir lo mejor posible es lo menos que puedo hacer por usted.
Y eso que dijo Casian fue lo que me dio el pie para hablarle sobre la ley de herederas y pedirle su apoyo.
-No hacen falta obsequios, Casian -Le sonreí-, pero sí quisiera pedirle algo. Mi hermano, Luca, está a punto de presentar un proyecto para una nueva ley y quisiera saber si podemos contar con el apoyo de la familia Castiello.
-Es la primera vez que me llama por mi nombre -Habló alegremente- y sobre lo de el proyecto de ley, tendría que hablar con mí padre, que es quien está en el consejo pero de por seguro que la familia Castiello le dará su apoyo.
-Eso sería realmente maravilloso -Sin poder evitarlo me levanté de mí asiento y fui hasta Casian para darle un abrazo-, no sabe lo feliz que me hace que usted me ayude.
Cuando me di cuenta de lo que hice me separé rápidamente y pude sentir como mis mejillas empezaban a calentarse, estaba segura de que también empezaban a tomar un tono carmín.
-Lo siento -Susurré.
-No tiene de qué preocuparse.
Casian estaba igual o más avergonzado que yo, me dio ternura verlo así, tanto que fue inevitable sonreír. No podía creer que existiera un hombre tan atractivo como él, que además fuera tímido. Con la belleza que posee estaba segura que tenía muchas pretendientes en el pasado y tuviera mucha experiencia pero al parecer estaba totalmente equivocada.
Me gustaba esa parte tímida de él, era lindo y divertido verlo avergonzado.

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Ciel
Historical Fiction«BORRADOR» Trilogía: Reencarnación #1 "Nos arrebataron la posibilidad de estar juntos una vez y no estoy dispuesto a que nos vuelvan a separar. Te buscaré en cada vida que tenga hasta que por fin pueda tenerte en mis brazos y gritar al mundo todo el...