Veamos… Haré un recuento de los últimos sucesos.Me encontré a Lara saliendo de la habitación de la Duquesa, en un estado desalineado. Antes de que pudiéramos encontrarnos me fui, me ocuparé de esas dos más tarde.
La Duquesa Castiello era solo una piedra en mi camino que debía patear tan lejos como fuera posible para que dejara de molestar. No tenía pensando hacer nada en contra de ella, pero viendo lo fastidiosa que podría resultar no tenía otra opción más que eliminarla de mi vista.
Mi cerebro empezó a trabajar, podía sentir los engranajes moverse e idear un plan, uno perfecto en el cual la única ganadora sería yo.
Me detuve frente a la habitación de Casian, tomé un respiro y toqué, tan solo unos segundos después fue él quien abrió la puerta y me miró sorprendido.
-Lady Athanassia, pase -Dijo cuando salió de la sorpresa.
Caminé con elegancia hasta estar en el medio de la habitación, nunca había estado aquí antes pero no me detuve a mirar, en estos momentos debía concentrarme y dar mi mejor actuación.
Mis ojos se encontraron con los de Casian y bastó un pestañeo para que las lágrimas empezarán a brotar. Él se paralizó y vino rápidamente frente a mí, me tomó de los brazos mientras me miraba sin saber qué hacer.
-¿Qué sucedió?¿Por qué? Señorita -Balbuceos sin sentido salían de su boca.
Por fin, me abrazo. Escondí mi cara en su cuello mientras me acariciaba la cabeza.
-Por favor, calmese, respire y dígame qué sucede -Pidió.
-Me siento muy abrumada -Respondí.
Me temblaba la voz, era un punto a favor para hacerlo más creíble. Casian me llevó hasta su cama e hizo que me sentara ahí mientras fue por un poco de agua. No le tomó más de 10 minutos cuando estuvo de nuevo arrodillado frente a mí.
Una punzada de culpa me dolió en el pecho al verlo tan preocupado, casi a punto de quebrarse en mil pedazos, pero ignore el sentimiento. Tomé varios respiros profundos mientras me miraba, el silencio seguía rodeandonos hasta que él volvió a hablar.
-Por favor, dígame qué perturba su mente -Dijo al mismo tiempo en el que acariciaba una mejilla.
Con mi mejor cara de dolor, con mis ojos lagrimeando y mi voz temblando, lo manipulé.
-La Duquesa -Susurré-, ya no aguanto ser intimidada por ella -Las lágrimas cayeron por mis mejillas.
-¿Mi madre es tan mala con usted? -Preguntó incrédulo.
-No quería que usted lo sepa, pensé que podía soportar hasta casarme y que cuando eso pasara ya no sufriría por ella -Bajé la mirada y con mis manos oculte mi rostro- pero ya no lo aguanto más.
Casian quedó en silencio, no podía ver la expresión que tenía, solo me quedo confiar en mi actuación.
Por lo poco que había conocido sobre él, sabía que podría llegar a ser fácil de manipular con unas pocas lágrimas pero no estaba del todo segura, después de todo estaba tratando de ponerlo en contra de su madre.
-No sé que podría llegar a hacer para ayudarla, señorita -Susurró con pesar.
Un pequeño click sonó en mi cabeza y sonreí, con mis manos ocultándolo. Era momento de hacer valer todas las lágrimas gastadas. Bajé mis manos y las lleve a sus mejillas, obligándolo a mirarme.
-Por favor, Casian, pongamos fecha a nuestra boda -Junté nuestras frentes y cerré los ojos-. Solo así estoy segura que podré vivir tranquilamente, cuando estemos casados y yo sea la nueva Duquesa.
Estaba ansiosa, Casian podría no ser tan tonto.
Los siguientes segundos en silencio se volvieron una eternidad. Mi mente vagaba entre las posibilidades de que este plan fallara o fuera un éxito.
Él hombre frente a mí dejó salir un suspiro y tomó mis manos para alejarlas de su rostro, sin embargo no dejó de sujetar con firmeza mis manos, por un momento pensé que se negaría a mi petición pero cuando sonrió con tristeza supe que había ganado.
-Lady Athanassia, seremos marido y mujer, no hay nada más que me pueda interesar que no sea tu felicidad y paz -Me miró con sus ojos resplandecientes-. Usame como escudo o espada, no me importa realmente. Prometo vivir para usted.
Lo abracé y oculté mi cara en el espacio que había entre su cuello y hombros. Pronto apareció en mi rostro una sonrisa de victoria, ahí lo supe, si él estaba dispuesto a ponerse en contra de su madre cuando todavía ni siquiera estábamos casados, en el futuro podría hacer muchas cosas por mí.
Podría usar a Casian todo lo que quisiera.
-La boda se hará lo más pronto posible -Me aseguró.
En cuanto salí de su habitación, dejándolo solo, me puse en camino a la cocina, la sensación de victoria había hecho que el hambre se instalará en mi cuerpo.
Me crucé a varias mucamas, quienes se detuvieron para inclinar su cabeza, pero no les tome mucha importancia al recordar a Lara. Debería darme explicaciones en cuanto nos veamos.
¿O sería mejor hacerme la desentendida? Todavía tenía tiempo para pensar en ello mientras comía.
El chef de la mansión se portó muy cortés en el momento en el que me vio, cuando le pedí que preparara un bocadillo y halague su comida se alegró bastante, y es que si no fuera quien soy y tuviera la oportunidad de elegir con quién casarme en definitiva sería con aquel chef que hace maravillosas comidas.
-Parece que ha tenido un muy buen día, señorita Visconti -Habló aquel hombre.
-Todos los días son buenos, en especial este -Sonreí-. Estaré esperando por su comida en el jardín.
-A penas esté todo terminado lo mandaré allí -Inclinó su cabeza.
Volví a salir de la cocina, la mansión era completamente silenciosa y resultaba un poco incómodo teniendo en cuenta que estaba acostumbrada a las risas y charlas del lugar donde crecí.
Dejando los pensamientos innecesarios de lado, estaba ansiosa por la reunión que habría mañana. Blaine me acompañaría pero si presencia no garantizaba que los nobles metidos allí me aceptarán ni mucho menos quisieran colaborar conmigo.
Debía pensar bien mi huevada allí dentro, no podía pisar mal ya que cualquier error haría que mis posibilidades de salir victoriosa se redujeran.
Cuando menos lo esperé ya estaba en el jardín, sentada y esperando en silencio. Silencio que fue interrumpido.
-Veo que has cumplido con tu cometido -Dijo el hombre sentado frente a mí.
-¿No se nota la alegría que emana de mí? -Sonreí.
Sus ojos carmín me analizaron y una sonrisa apareció en su rostro.
-Me impresionas, sabes manipular muy bien a tu futuro esposo -Me halago.
-Sé manipular muy bien a muchas personas. Es refrescante que ya aceptes el hecho de que me casaré con Casian y abandones la idea de que tengo que romper mi compromiso para casarme con otro.
-En realidad, sigo con esa idea -Confesó- pero también es bastante divertido ver cómo lo usas sin darte cuenta que caes en los mismos juegos -Su sonrisa creció y la mía desapareció.
-¿Qué quieres decir?
-Justo eso que dije.
Y desapareció.
Maldito Astello.
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Ciel
Historische fictie«BORRADOR» Trilogía: Reencarnación #1 "Nos arrebataron la posibilidad de estar juntos una vez y no estoy dispuesto a que nos vuelvan a separar. Te buscaré en cada vida que tenga hasta que por fin pueda tenerte en mis brazos y gritar al mundo todo el...