Estábamos alrededor de una mesa, sentados uno al lado del otro. La mitad se encontraba discutiendo, hace bastante tiempo, qué hacer y cómo deberíamos hacerlo; la otra mitad nos encontrábamos en silencio.
Blaine estaba a mi derecha, en completo silencio mirando el vaivén de argumentos entre las personas que escondían sus rostros detrás de una capa.
-¿Ustedes no opinaran nada? -Preguntó con enfado uno de los presentes.
Todos los que estábamos en silencio permanecimos igual, sin decir ninguna palabra, eso lo enojó aún más. Uno de nosotros suspiró y se puso de pie, llamando la atención de todos los otros.
-El Emperador quiere hacer otra guerra, creo que eso es algo que todos los presentes sabemos -Dijo con voz clara, una voz que se me hacía muy conocida.
-Eso no es novedad -Respondió uno de ellos.
-Cierto -Volvió a hablar-, pero cada vez que hay una guerra los únicos que se quedan en el Imperio son los plebeyos que están en contra del Emperador y algunos, pocos, caballeros.
Todos escuchaban atentamente a aquel hombre, quien hablaba con confianza frente a todo un grupo de desconocidos.
-Es el momento perfecto para atacar.
-Pero nosotros también estaremos luchando en la guerra -Se escuchó otra voz.
-Somos nobles, de alto rango la mayoría -Blaine se hizo participe del debate-. Estamos "obligados" a participar, pero en menor medida.
De un momento a otro habían llegado a un acuerdo en conjunto y ahora estaban ocupados en idear el plan.
Que si debían hablar con otros nobles para juntar más personas, que si debía o no reclutar plebeyos, que cuando atacarían, como lo harían, cuando.
Pasaron dos horas y, a pesar de estar de acuerdo al comienzo, volvieron a comenzar a discutir entre ellos. Un pequeño grupo, de cuatro personas, estaban en una esquina mirando en silencio. Ninguno de los que discutían se dieron cuenta de ese pequeño grupo, o por lo menos no le tomaron importancia.
En un punto pude escuchar la voz de Blaine, peleando también con ellos. Solté un suspiro y llamé la atención de algunos, me puse de pie y fui directamente al centro de sus miradas.
-Si quieren lograr derrocar al Emperador y salir lo menos perjudicados posibles, yo tengo un plan.
Susurros empezaron a escucharse, podía sentir sus miradas en mí pero yo mantuve mi vista siempre hacia el frente.
-¿Una mujer? -Preguntó uno de ellos.
-¿Qué carajos haces aquí? -Esa voz tenía un tono burlón.
-¿Acaso no puedo? ¿Es una reunión solo de hombres?
-Disculpe, señorita, pero no creo que este sea el lugar para usted -Habló con una amabilidad fingida el hombre que tenía a mi izquierda.
-¿Cuál sería mi lugar? ¿Siendo ama de casa? ¿Las reuniones de té? ¿Cuidando a niños? -Pregunté con burla mirando a cada uno.
-No es que quiera desvalorizar el trabajo de una mujer -Volvió a hablar el mismo hombre-, pero esto es un tema solo de caballeros.
Lo miré con rabia, ¿Quién se creía este hombre que era para hablarme de esa forma? Entendía que el anonimato te da cierto nivel igualitario, pero eso era pasarse.
Estaba jactándose de ser superior a mí por tener algo colgando entre sus piernas. Me irritaba más cada vez que abría su maldita boca nuevamente. Miré a Blaine y él solo me estaba sonriendo divertido, maldito idiota.
Definitivamente los hombres eran la especie más estúpida de todo el planeta.
-Debería mejor cerrar su boca y escuchar, señor -Para sorpresa de todos en aquel lugar, no fueron palabras que salieron de mi boca.
El hombre que había llegado a último momento se había puesto a mi derecha y fue quien intervino para callar a los otros idiotas. La tensión en el ambiente se disparó de golpe, llegando al techo de la pequeña habitación.
-De acuerdo -Dijo uno de los encapuchados con voz calmada-. Que nos explique su plan.
-Gracias -Le susurré al hombre que me ayudó-. Es bastante simple -Comencé a explicar, con voz segura y fuerte para que todos pudieran escucharme bien-, algunos nobles irán a la guerra; otros enviarán a algún hijo o sobrino, los demás se quedarán con alguna excusa o pagando algún soborno.
-En resumen -Me interrumpió el hombre a mi derecha-, simplemente actuarán como lo hacen normalmente.
-Exacto, así no levantarán sospecha alguna -Seguí con mi explicación-. Mientras que algunos van a estar en la guerra, los que quedemos aquí vamos a reclutar a plebeyos rebeldes -Escuché varios suspiros llenos de sorpresa, pero los ignoré y continué hablando- , ellos nos ayudarán a lograr nuestro plan.
-Después de todo tenemos el mismo objetivo -Mencionó Blaine.
-¿Y ese es? -Dijo una voz a lo lejos.
-Sacar al Emperador del trono -Explicó Blaine.
El silencio reinó, nuevamente, en todo el lugar. Podía decir casi con seguridad que se escuchaban los engranajes de cada una de las cabezas de los presentes trabajando para entender y aceptar el plan que estaba proponiendo.
Era un plan bastante loco, los plebeyos rebeldes nos odiaban un poco menos de lo que odiaban al Emperador, pero podíamos conseguir una pequeña alianza para conseguir nuestro objetivo en común.
Después de todo, ya conocen ese famoso dicho: "el enemigo de mi enemigo es mi amigo", o por lo menos un amigo temporal.
Se miraron entre ellos por unos minutos, esperando que alguien fuera el valiente en romper el silencio y opinar sobre la propuesta que di. Blaine me dio una mirada y sentí en ella su duda, la incertidumbre de si aceptarían o no estaba latente e incluso a mí me creció la duda en la cabeza.
-Creo que deberíamos tomarnos un tiempo -Propuso Blaine- para pensar lo que es más conveniente para todos, luego podemos discutir las cosas mejor, cuando nuestras ideas estén bien acomodadas en nuestra cabeza.
-Tiene usted toda la razón -Dijo uno mientras asentía.
Poco a poco se fueron despidiendo, fueron saliendo uno por uno por la puerta hasta que los únicos que quedamos en la habitación fuimos Blaine, yo y un hombre más, que se quedó recostado sobre una de las paredes.
Lo estaba vigilando con la mirada, la capucha tapaba su cara así que no podía saber si nos estaba mirando a nosotros o estaba en medio de una siesta.
Cuando estábamos a punto de salir, aquel hombre habló.
-Quisiera tomar un poco de su tiempo -Esa voz, la conocía pero no pude reconocerla en toda la reunión.
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Ciel
Historical Fiction«BORRADOR» Trilogía: Reencarnación #1 "Nos arrebataron la posibilidad de estar juntos una vez y no estoy dispuesto a que nos vuelvan a separar. Te buscaré en cada vida que tenga hasta que por fin pueda tenerte en mis brazos y gritar al mundo todo el...