37. DEFENSA

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Aquella noche en mi habitación, le doy un puntapié a una pata de la estructura de la litera. Una de mis compañeras de habitación me observa sorprendida, pero decido ignorarla y tomar mi mochila del suelo.

Voy a irme de aquí.

Voy a ir a la capital y voy a buscar a mi hermano.

Voy a...

—¿Perla?

Giro la cabeza en cuanto escucho la voz de Linna. No sé en qué momento abrió la puerta, pero ahora está de pie bajo el umbral de esta y me observa con los brazos cruzados; de pronto, puedo ver el reflejo de mi madre.

—Te lo prometo, Linna, no lo soporto —pronuncio entre dientes.

—No puedes irte.

Miro a mi compañera de cuarto y doy un paso hacia Linna. Una vez afuera de la habitación hablo de nuevo.

—Era mi oportunidad, ¿por qué siempre tiene algo para decir? ¿por qué es tan molesto?

—Estás actuando como una niña, ¿lo sabes?

Al escucharla decir aquella palabra, algo parece detonarse dentro de mí. Me obligo a calmarme, a respirar.

—Mi padre te quiere en la misión y diga lo que diga Julian, haga lo que haga, estás dentro.

Resoplo.

—No lo escuchaste, Linna. Es él quién será nuestro líder.

—Si bueno, ya veremos —Toma una de mis manos y la aprieta con fuerza—: Perdí a mi madre y a mi hermana hace mucho, no quiero perder a otra —dicho esto, nos abrazamos con fuerza. El abrazo no dura más que un par de segundos, pero es de esos que se sienten como una vida extra—: Regresa, Perla, regresa a casa.

...

—¡Frank! —me sobresalto un poco al escuchar la voz de Mikhalina. Está a un par de metros de mí, justo en la salida del ala médica—: Préparate, salimos a las cero ochocientas horas.

Por un seguno, me quedo perpleja.

—Irás como auxiliar médico, es una orden del comandante.

En mi interior, doy un par brincos.

«¿Qué decías, Julian?»

—Sí, señora —respondo y sin perder ni un segundo, me pongo en marcha.

¿Debería estar asustada?

¿Debería sentir este revoltijo en el estómago?

¿Debería dejar de estar... emocionada?

«Regresa, Perla, regresa a casa».


...

Capítulo cortito, pero prepárense, porque lo que viene no está fácil. 

¡Gracias por leer! 


PERDIDA EN TINTA ROJA ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora