18. VIGOR

225 34 6
                                    

Comenta tu adaptación de libro favorita y te dedico el siguiente capítulo <3

...

Un minuto de silencio.

Un segundo de aturdimiento es lo que obtengo antes de despertar.

Algo pica en mi nariz con tanta rapidez que inspiro de forma cortada, quiero estornudar, pero la sensación se marcha tan rápido como llega. Me arden los ojos cuando los abro y lo primero que veo es un panel gris sobre mí. A mi costado derecho hay una pared de concreto, se ve tan rasposa que siento que con tan solo una pequeña presión podría lastimar mi mano. Me toma un par de segundos darme cuenta de que estoy en una litera.

Me impulso con mis codos contra el colchón hacia arriba y hacia un lado para salir. El mareo repentino que me causa la rapidez de mis movimientos hace que tenga que cerrar los ojos hasta que se me pasa. En las últimas semanas me sucede mucho eso, supongo que es un efecto secundario de la ajetreada vida que llevo.

Examino con cuidado el lugar; cuatro literas, dos en cada pared, son los únicos objetos que le dan vida a la habitación además de una pequeña mesa de madera baja. No hay ni una gota de color en ella, todo es gris y negro y la luz fluorescente lo único que hace es darle un aspecto ansioso, deprimente.

Por un momento, mi mente se sumerge dentro de una burbuja de cristal que no me permite recordar los acontecimientos previos a mi despertar. Tengo una extraña sensación de frío, diferente al que emana la habitación. No, es algo más bien como de agua, lluvia...

Una imagen de Callum se abre paso en mi cabeza, pero desaparece para ser reemplazada por un rostro más maduro que al principio no reconozco.

«Chad».

El nombre retumba en mi cabeza como un eco, seguido de la imagen de una niña que me ha estado atormentando los últimos días.

No...

«¿Dónde demonios estoy?»

Con el corazón en la garganta, busco una puerta o cualquier abertura por la que pueda salir. Una puerta de metal destella en la pared contraria a la que estoy y corro hacia ella. Tomo la manilla, la giro y aguardo. No sé lo que pueda encontrarme del otro lado y no tengo nada que pueda usar como arma. Clavo la mirada en la manilla y no lo pienso más, tiro de ella con fuerza para abrir la puerta con cautela, sin apenas hacer ruido. Es pesada y me cuesta moverla porque estoy temblando, pero no puedo quedarme quieta a esperar calmarme. Del otro lado hay un pasillo con la misma iluminación fluorescente. Echo un vistazo a cada extremo para corroborar que no hay nadie y salgo de la habitación.

Corro por el pasillo e intento no hacer ruido, pero el lugar está lleno de cajas de cartón. Choco con una y esta cae al suelo volcando todo su contenido, el eco del golpe retumba por todo el callejón. Se me escapa un insulto y me detengo con el corazón trabajando a mil por minuto, luego veo como alguien cruza por la esquina y me sobresalto.

—¡Oye tú! —grita. No le doy tiempo a que diga más nada y comienzo a correr de nuevo. Doblo en una esquina, resbalo, pero no llego a tocar el suelo. Me recupero rápido y sigo corriendo.

Cruzo a la izquierda luego a la derecha, de nuevo a la izquierda. Me paralizo de golpe cuando veo varias puertas en varias direcciones mientras puedo escuchar los pasos del tipo acercándose. Entro por una al azar y la cierro detrás de mí. Me llevo una mano al pecho intentando calmar mi respiración, cuando escucho una voz.

—¿Quién eres tú? —Levanto la mirada de golpe. La imagen de una chica sentada en una silla me recibe.

—Yo... —trago saliva. No sé qué decir, solo tengo ganas de salir corriendo de nuevo.

PERDIDA EN TINTA ROJA ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora