Capitulo 5

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3 días después

Hunnigan se había puesto en contacto conmigo horas antes de partir, me proporcionó todos los detalles de mí siguiente trabajo.
Al momento de leer lo que se suponía que debía hacer, no pudo evitar sentirme decepcionado, mi experiencia en el área de defensa me había llevado a cubrir el puesto de asesor de seguridad de una nueva organización que lucha en contra del Bioterrorismo.

Su nombre era BIOTERRA y por lo que leí, tenía un puñado de buenos agentes en su filas, por supuesto poco me importó en ese punto, después de todo sería temporal.

Había llegado a California un día antes, el departamento donde me quedaría se encontraba cerca de un lugar turístico, dicho lugar era muy concurrido por los vacacionistas.
El día en el cual me presentaría con el directivo de BIOTERRA había llegado más pronto que tarde.

Me puse el traje más presentable que encontré en mi armario, e incluso, hasta rebajé un poco mi cabello, debía dar una buena impresión el primer día, me perfume examinado cada imperfección si es que había alguna, al final, salí directo a mi auto.

...

El presente

—Tío Scott ¿Qué edad tenías en ese entonces?—Pregunto Kelly de forma curiosa

—Mm... No estoy seguro, creó que entre 27 o 30, tal vez 29—Respondí mientras continuaba el relato.

...

Pero debido al tráfico que había y la poca fluencia de personas, había llegado a dicho lugar con casi una hora de diferencia, me sorprendió mi exceso de puntualidad, sin embargo, sabiendo que no es mi estilo llegar a la hora exacta, decidí caminar a una cafetería que yacía enfrente del edificio.

Un café y un postre no me vendría mal a estás horas de la mañana, pensé, mientras me dirigía a dicho lugar.

Al entrar, me dirigí a la joven camarera que atendía—Buenos días—Dije amablemente, a tiempo que ella sonreía y a su vez replicaba el saludo.

—Quisiera un café negro, y si es posible una tarta de piña.

—Claro, ¿Quiere algo más?—Añadió, a medida que anotaba lo que había pedido—No, eso sería todo.

—Muy bien, entonces si fuera tan amable de tomar un lugar y esperar a que su platillo este listo.

—Por supuesto, gracias—Exclame dándome vuelta para observar detenidamente el lugar.

Giré mi cabeza de izquierda a derecha, en busca de una mesa para disfrutar de mi café, por suerte había lugares disponibles, por lo cual me decante por uno que yacía cerca de una ventana con vista a la avenida principal.

«Ese lugar se ve prometedor»

Caminé al lugar a paso lento, estaba relativamente tranquilo y dispuesto a esperar por mi café, afortunadamente no pasó mucho para que la joven regresara con mi café y mi tarta, agradecí y comencé a degustar, sin antes haberme quitado el saco dejándolo aún lado.

Sacó el diario de ese día, y me dedico a leerlo para hacer más ameno el momento, y por supuesto para acompañar mi café.
Pero tras unos minutos de reconfortante silencio y un jubiló tan cálido, repentinamente escuchó el fuerte estruendo de la puerta al abrirse.

Me sobresalte un poco, sin embargo, rápidamente escucho la aguda voz de una mujer a la distancia, sonaba molesta y el hecho de que sus pisadas con tacones fueran tan estruendosas añadía aún más mi sospecha.

La elección de LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora