Capitulo 57

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Kelly amagó con darse vuelta mientras que Ian se giró sutilmente como si al hacerlo, sus oídos pudieran escuchar de mejor manera palabras, al esperar unos instantes, seguí hablando.

—2 meses después de que ambos nacieran, y en razón a tantos días de insomnio y estrés, decidí llevar a su madre todo un fin de semana a unas mini vacaciones cerca de una montaña, recuerdo... fielmente que varios padres de familia habían asistido, era un lugar hermoso, lleno de árboles frondosos, vida silvestre y por supuesto, una paz y tranquilidad perfecta que tanto su mamá como yo necesitábamos.

—Claire no se separó de ustedes durante todo el camino, eran básicamente el mundo de mamá... supongo que era una obviedad decirlo, incluso dejó de ponerme atención a mí.

Sin señal alguna Ian se incorporó, pero antes de hacerlo se acomodó aún lado de mí y posó toda su atención en lo que tenía que decir. Enseguida miré a Kelly, pero ella seguía dándome la espalda, indiferente pero convencido de que escuchaba cada sílaba que expresaba.

—Pasamos el primer día sin problemas, Claire se quedó en el hotel por la mañana y bajo a la recepción con una carriola doble para los dos por la tarde, la acompañe por el sendero de turistas mientras hablábamos de temas banales y cuestiones que hoy ya no importan. Recuerdo que... ese día llegó una caravana de fuegos artificiales que animaría el lugar 2 días después, había inflables y botargas tan ridículamente llamativas como singulares.

Con soltura y complicidad, me incliné un poco a Ian y dije en tono juguetón—Tu mamá me obligó a que me acercará para tomarnos una foto, tu no quisiste en un principio, comenzaste a llorar y tú berrinche contagio a tu hermana que se había mantenido tranquila, al final salió una foto de los 3 con la botarga de un abeja de casi 2 metros... fue algo muy chistoso y perturbador.

—¿Y que pasó con la foto?—Expreso el niño curioso.

Entonces me detuve y no dije más, guarde silencio unos segundos y cuando supe que él se había resignado en oír mi respuesta, continué hablando.

—La noche antes todas la familias que habían asistido se encontraban cenando a orillas del lago, habían hecho un gran fogata e incluso algunos se animaron a tocar en banjo su mamá y yo nos separamos del grupo y decidimos establecernos cerca del muelle...—En ese instante, mi garganta perdió humedad mientras Ian seguía tan finamente pendiente a mi relato.

—Claire te llevaba en brazos y a su vez yo llevaba a tu hermana, aquella noche nunca la olvidaré, simplemente tu mamá se veía tan feliz y realizada... rió y expresó en incontables ocasiones lo afortunada que se sentía por estar casada conmigo, por ser madre de tan adorables y hermosos bebés que eran ustedes en su momento, creó que al fin era tangible la visón que ella siempre quiso en su corazón, y yo tuve la suerte de ser el artífice de tan compleja obra.

En medio de una mirada condescendiente por parte de mi hijo, Kelly se dio vuelta mitigando cualquier tipo de indiferencia que había manifestado minutos antes, estando dispuesta a por lo menos, escuchar lo que decía.

—Desafortunadamente aquella noche sería la última vez que la vería feliz, tuviendo que pasar años para que lo pudiera ver sonreír otra vez.

—¿Qué pasó?—Interrumpió Kelly olvidando por completo lo que pasó en la sala y uniéndose a la curiosidad que también invadió a su hermano.

Por supuesto que me costaba trabajo decir lo que pasó, era tumultuoso hacerlo, nunca había hablado de esto desde hace casi 5 años, ni siquiera Claire tocaba el tema, ya que al igual que yo, esté resultaba ser una grieta de nuestro pasado que se había convertido en un mortal precipio.

—¿Recuerdan que conté que había llegado un caravana con fuegos artificiales?—Rápidamente asintieron—Bueno, pues al día siguiente me ofrecí a ayudar para organizar el convivió que habría, la mayoría ayudó, pero Kelly amaneció un poco enferma y al final Claire decidió no asistir a dar una mano.

La elección de LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora