Capitulo 7

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El presente

—Pero, tío Scott... ¿Cuando aparecerá papá?—Manifesto impaciente Kelly y por su parte Ian le seguio—¿Y mamá?

—¿No nos estás tomando el pelo, o si tío Scott?

Su sospecha hacia la aparición de su aparente padre me dejó con la duda, decirlo ahí mismo sería innecesario y poco prudente, pero lentamente observé desde el espejo ambos rostros de aquellos niños 100% Kennedy. Tragué saliva y el valor que había acumulado durante los minutos que narraba la historia, se había esfumado por completo.

Balbucie unos instantes, para  responder de la forma más anti natural posible—Te, Tengan calma niños, todo lo que necesitan saber está incluido en la historia que les estoy contando.

—¿Pero queremos saber quién es mamá?... ¿Es mucho pedir eso?

El sutil puchero de Kelly tocó hasta la fibra más pequeña y delgada de mi corazón, ambos Kennedy había sido tan fuertes como jamás lo creí, aún sin saber nada de sus papás, casi nunca dejaron de sonreír y mantenerse enérgicos.
Su espíritu y convicción era un ejemplo no solo para su madre, sino también para mí, y hacia recordarme, el tiempo que perdí a su lado y que probablemente no volveré a recuperar.

—Escucha Kelly, y tú también Ian—Articule serio y firme en mi voz—Son las... 9:21, y al paso que vamos, llegaremos a casa de su madre alrededor de la medía noche, deben saber que tomaremos 3 pausas en la historia, a lo cual también serán aprovechadas para respirar un poco de aire y llenar el tanque...

Guardé silencio un momento esperando que alguno de los dos dijera algo, pero no fue así, y por consecuencia continúe:

—La primera parada será en una hora, como dije, aprovecharemos ese espacio para desayunar y conocernos mejor, ya en la tarde, haremos la segunda, que será para tomar un poco de aire fresco y comer algo... al final, cerca de las 7, cenaremos algo ligero y...—Impávido por lo que iba a decir, frene en secó, mi voz se congeló y mi garganta se seco, como si fuera una tarde de verano en el desierto.

—La historia terminara antes de que lleguemos a casa de su madre.

Creó que eso fue lo que ambos quisieron escuchar, digo esto porque terminaron alegrándose, hambrientos por saber hasta el último detalle de información que puedan sacar de su madre.

Me uní a su pequeño intercambio de risas, aunque no lo pareciera, era tan relajante como abrumador.

Tras unos minutos bromeando sobre nuestra manera tan particular de reír, regresé a la historia que estaba contando, acto seguido, tanto Kelly como Ian, se quedaron completamente pendientes a mi voz.

—Bien...—Murmure viéndolos desde el espejo—Al día siguiente...

...

Una día después

Mi despertador es lo primero que entró en mi cabeza al girarme de lado en la cama.
Me encontraba mareado y con un terrible dolor de cabeza ocasionado obviamente por la bebida de la noche anterior.

Ni siquiera se como terminé en la cama, lo último que recuerdo fue haber bajado del taxi... o fue un autobús?

—¡Aagh! Que importa, ya estoy aquí y eso es lo importante.

Incorporándome de la cama me dirigí al clóset para buscar algo de ropa que ponerme.
Al hacerlo, me di una larga y reconfortante ducha con shampoo de sábila para iniciar el día.

La elección de LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora