Capitulo 13

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El Presente

—Bien, llegamos—Dije estacionando el auto afuera de una cafetería.

—¿Qué? ¡No! ... Queremos saber que pasó entre León y Claire...

—Si...

—No es justo tío Scott—Recrimino Kelly molesta, a la vez que Ian al igual que su hermana, hacía su berrinche.

Los miré desde el reflejo del espejo mientras decía—Recuerdan lo que les dije sobre las pausas que tendría, bueno... estamos en la primera, así que bajemos y comamos algo... muero de hambre.

—Pero...

—Sin peros niños, ahora bajen del auto.

Con alguno que otro reproche de por medio, pude lograr que ambos bajaran.
No me gustaba contradecirlos, sin embargo, en esa ocasión debía tomar la batuta para impedir hablar de más en ese momento.

Los 3 nos dirigimos a una cafetería cerca de un lago, tanto Kelly como Ian, iban detrás de mío en completo silencio, por un segundo creí que había sido demasiado duró e inclusive los miré repetidamente para cerciorarme que no se fueran corriendo, no es que fuera así, ah... creó que el café me está poniendo algo paranoico.

Pero tan rápido como su disgusto llegó, así de fugaz se esfumó, al entrar, no dudaron en emocionarse al ver en la repisa del lugar, un enorme pastel de plátano que incluso para mis ojos, se veía delicioso.

Rápidamente Kelly se acercó a mí y sin importar la poca confianza que tenía con ella, jaló de mi abrigo tratando de captar mi atención.

—Tío, tío Scott... ¿vistes ese pastel?

Pero en ese preciso instante, ya me encontraba hablando con la camarera acerca de lo que iba a pedir para los 3, por lo cual, Kelly terminó en parte ignorada.
Tras unos segundos sin ver ningún avance, perdió interés y la perdí de vista junto a su hermano.

Al terminar mi pedido me giré para verlos, pensé que quizás ya estarían sentados en una mesa, pero al no ser así y tampoco verlos cerca, entré completamente en pánico.

—¡Ay no!

—¡No!

—No, no, no... ¿Niños?—Levante la voz a medida que caminaba por cada rincón del lugar.

Mi corazón se estremecía y mi garganta muy apenas podía pasar saliva, sumado a mi impávido rostro que a duras penas podía manifestar una expresión.

—Esto no puede estar pasando...

Miré cada rincón del lugar, e incluso, entre a los baños sin importar que fuera de hombre o mujer, pero no había ni un solo rastro de mis hijos, si con eso no podía perder el temple, no se que con que lo haría.

Subí mis manos a la cabeza, a la vez que gritaba el nombre de Kelly e Ian, mi voz formó un eco que a su vez, atrajo a los comensales que yacían en el lugar.

Cuestione a cada sujeto si los habían visto, literalmente tuve que decir que en menos de 2 minutos se me habían perdido, las madres presentes me vieron de forma despectiva y no dudaron en manifestar su repudió ante lo que había sucedido.

«Soy el peor padre del mundo»

Mi mente se había quedado en shock, no supe que hacer, todo había sido tan inoportuno que jamás creí que algo como esto pasará, y menos a mí.

La elección de LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora