Capitulo 52

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El presente

—Oye Scott...—Exclamo Claire desde el borde del asiento—no crees que, dar demasiados detalles sería algo inapropiado para un par de niños de preescolar.

—¿...?

Súbitamente miré a Ian y Kelly llevándome una extraña impresión de lo podía contar.

—¿Qué sigue? ¿Qué sucedió? ¿Dinos...?—Expreso Kelly sonriente y sin saber la razón de tan abrupta pausa.

Por supuesto mi semblante se estrechó mientras pensaba como evadir u omitir dicha escena, o mejor dicho hacerla más concebible en palabras para un par de niños.

—B, bueno... digamos que...

Con algo de complicidad mis ojos se fueron con Claire, ella denotaba un estado de pena y vergüenza, a la vez que negaba con su cabeza timidamente.
Mi interpretación era que debía improvisar, había metido la pata y ahora debía sacarla.

...

A la mañana siguiente

Un dulce aroma a almendras sacudió mis fosas nasales, seguido de un pequeño cosquilleo en mi pecho, mis ojos comenzaron a abrirse lentamente mientras la luz del sol apenas se asomaba por la gruesa cortina que cubría la habitación.

—¿Quién encendió la luz?

En ese instante y ajeno a lo que había sucedido anoche, escuchó una queja proveniente de mi lado derecho.
Por unos segundos creí que esa voz se trataba de Jill, sin embargo, no paso demasiado para que recordara que el día anterior no había llegado a casa por la noche.

Abrí mis ojos por completo y visualizo el techo de la habitación un tanto oscura.
Observé para todos lados, la sabana cubría casi todo mi cuerpo a excepción de mis pies, pero había alguien más aún lado de mi, y no era Jill.

Con soltura levanté la sabana para percatarme que Claire yacía dormida muy cómodamente en mi brazo.

—...

Su cabello había causado cierta estimulación por el hecho de que se estuvo movimiento un rato. Su chongo tan característico brillaba por su ausencia, en lugar de eso, se veía toda despeinada pero con una expresión de satisfacción y comodidad que nunca antes había visto en ella.

La observé un largo rato sin decir nada al respecto, intentaba asimilar todo lo que había pasado anoche, una montaña de sensaciones y deseos fue lo que culminó el día anterior y por supuesto, mi cuerpo ahora lo cobraba.

Pensé en Jill unos minutos, en todo lo que había vivido con ella, en los buenos recuerdos que habíamos forjado hasta ese momento, sin pensarlo y sin darme cuenta, dejé de ser feliz a su lado, era inexplicable, era como giró de tuercas y un despertar, todo había cambiado de manera orgánica, ojalá Jill no me odié por el resto de su vida, yo personalmente seguiré teniendo un gran aprecio por su persona pero no de la manera que habíamos tenido hasta este tiempo.

Me encontraba deseoso por ser feliz, también quiero que ella siento lo mismo, pero cuando en una relación el único enamorado es uno y no los dos, lamentablemente dicha relación está destinada al fracasado, no lo digo lo yo, lo dice el corazón.

Dejé el tema de Jill aún lado cuando me doy cuenta que Claire había abierto los ojos por primera esa mañana.
Un cálido hormigueo recorrió cada parte de mi cuerpo, siendo ocasionado por la misma mujer que mis ojos veían. Claire se mantuvo en silencio, tenía la mejillas bastante coloradas y en un lapso que no me había dado cuenta, tapó su pecho desnudo con ambos brazos, el pudor en su cuerpo aún seguía presente incluso ante mí presencia, y más, si se supone que anoche la ví como dios la trajo al mundo.

La elección de LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora