La noche había caido después de un día bastante ajetreado e indiferente, pero mantenía la sonrisa después de todo, ya que parte del estrés era el hecho de que Jill debía asumir que me iría de California a más tardar la próxima semana, con o sin ella, por supuesto podria negarme, pero si lo hacía, quizás viviria como un vago por las calles de EUA.
Una relación a distancia no tenía muchos pintes de éxito, aunque podría equivocarme.
De cualquier forma, mientras la hora de la cena se acercaba, más motivado y preparado me sentía, tenía un pequeño script de lo que iba a decir para facilitar mi toma de decisiones.
Incluso había comprado un traje nuevo totalmente especial para la velada, también había peinado minuciosamente mi cabello y utilicé uno de mis relojes suizos más caros que tenía en mi colección personal, todo para verme lo más atractivo y que al momento en que ella reciba la noticia, no lo tomara de mala manera.Cuando todo aspecto masculino de mi persona parecía perfecto, fui a casa de Jill al rededor de las 9:30, estaba oscuro y fresco, el pavimento tampoco ayudó a mis zapatos que denotaban brillantes, los cuales tuvieron dificultades para plantarse en el suelo.
Por suerte, todos esos minusculos detalles quedaron de lado cuando observó salir a Jill de manera más radiante posible.Su vestido era elegante, sobrio y altamente sensual, mostrando la suficiente piel para darme una probado de lo mucho que ya he visto de ella antes.
En esta ocasión, la besé sutilmente al acercarme un breve momento antes de quedar impregnado un poco con su labial rojo, la combinación de nuestras lociones fue una tempestad armoniosa tan pulcra como exquisita.
Se disculpó por dejar manchada parte de mi mejilla y labios de su rojo, pero no me molestaba, ya antes ésto había sucedido.Nos precipitamos a mi auto con mucho de que hablar, Jill tenía algunas temas que tocar y yo que escuchar, pero antes de si quiera entrar, le hice un alto y abrí la puerta de forma cortés.
—Gracias León, me encanta cuando te comportas como un auténtico caballero—Dijo pellizcando suavemente mi mejilla izquierda.
Fue un gran gesto por su parte, su mano era suave, calida, llena de amor.
...
Conduje un rato camino al restaurante, Jill ya estaba pensando que podríamos cenar, incluso mostró gran entusiasmo sobre ir a otro lugar al terminar, su energía parecía al tope.
Ojalá ese entusiasmo y proactividad no se borré más tarde, pensé.Cómo de costumbre, llegamos y nos llevaron a nuestra mesa, nuevamente fui cortes y acerque su silla, ella se mostraba gustosa, sobre todo porque Jill era amante de que yo fuera totalmente caballeroso en público, y si bien, no me pedía que lo fuera todo el tiempo, si era muy evidente que lo deseaba.
En ocasiones ella tomaba mi mano por la calle cuando íbamos de compras o de visita a un lugar, era extraño, nunca antes salí de compras con mi pareja y mucho menos sentía la necesidad de hacer todas estas actividades juntos.
Más que nada porque a Jill no le gustaba que las mujeres intentarán algo conmigo, si bien no se comportaba como maniaca, si se disgustaba un poco, un claro ejemplo fue aquella vez en la plaza, pero más recientemente cuando fuimos a la playa un fin de semana y un par de chicas se me acercaron justo cuando Jill se había separado de mi para ir al baño.
Sucedió mientras yo estaba distraído y pensando más en que podríamos hacer en la tarde que en el dicho momento.
Más allá de eso, su sorpresa al regresar, fue ver a dos chicas de unos 30 años coqueteando conmigo, no soy tonto para no darme cuenta de eso, tal fue la reacción de Jill, que de inmediato se sentó a mi lado, tomó mi brazo y lo unió al suyo, casi como si estuviera diciendo «Este hombre ya está apartado» , para después, exclamar al par de chicas que se les ofrecía.
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La elección de Leon
FanfictionEn la vida podrás tener muchas opciones donde escoger, pero al final, solo es posible tomar uno. Esta fue la disyuntiva que tuvo León al momento de querer entablar una relación estable. Tanto Jill como Claire, resultaban la atracción más opuesta, pe...