La elección de Leon

Capitulo 54

Probablemente fue una acción para terminar una relación ya agrietada desde hace tiempo, pero todo había sido sumamente confuso y rápido, no pensaba en una mentira de ese calibre, era irrisorio, pero viéndolo desde la perspectiva en la que me encontraba, ya nada me sorprendería.

Su hermetismo hasta cierto punto fue clave para creer sus palabras, después de todo, ella solo quería casarse conmigo.

...

El presente

Detuve mi relato unos instantes, debido a que Claire tuvo que incorporarse del sofá ya que vería como iba la cena, entonces pude tomar aire y reorganizar mis ideas.

Los niños se veían entretenidos aún lado de mí, un tanto curiosos por supuesto, creó que Kelly llegó a pensar en un punto que Ian no era 100% su hermano o viceversa, Jill seguramente allanó tal posibilidad, sin embargo, las fechas y la de edad de ambos descartaba tal suposición, no pensé que decir más y extenderme en el asunto, creó que ya estaba más que claro que Claire era la madre de los dos.

Pasaron alrededor de 5 minutos y su madre regreso, hasta ese instante Claire había estado muy atenta a lo que decía, quizás porque jamás supo como me despedí de Jill esa noche, era evidente que eran situaciones que no daban para ser contadas, pero que, hoy particularmente necesitaban ser expuestas.

—La cena estará en unos minutos niños... ¿Scott?—Me miró con cierta complicidad para que continuará.

Al menos me seguía el juego, supongo que dicha diversión estaba por terminar, ella lo sabía, y creo que ellos también, no estaba seguro darles lo que quieren escuchar.

...

Esa noche

Había llegado al parque donde habíamos quedado Claire y yo está mañana, aún seguía en el auto, resguardandome del electrizante frío que hacía.
Apagué el motor y encendí mi celular para ver la hora, para mí estupefacta sorpresa, Jill seguía siendo la protagonista de mi fondo de pantalla, ya llevaba tiempo siendolo, incluso hoy.

—Ojala me perdones algún día...

Lo apague con nostalgia y lo deposité aún costado del asiento del conductor, entonces cerré el cierre de mi abrigo y me dispuse a salir.

Hacía tanto frío esa noche que mis párpados sucumbian al intrépido aire helado que azotaba mi rostro.

—Debo apurarme, no quiero que Claire se quede esperando mucho tiempo.

Metí mis manos en mis bolsillos y caminé unos cuantos metros a mi inminente destino.
No había ni un alma en el parque, estaba desolado, frío y un poco oscuro en ciertas partes ajenas a las luminarias.

Crucé un largo camino guiado por un césped tan amarillo y descuidado que parecía estar muerto, doble la esquina y pause antes de llegar al par de árboles más grandes del parque, debajo, una banca de madera con bordes metálicos yacía vacía a la vista de todos.

Claire no había llegado aún, por unos segundos creí que era la banca equivocada pero no, también recorrió por mi cabeza la posibilidad de que hubiera llegado demasiado temprano, sin embargo, habían pasado casi 36 minutos de la hora establecida.

Abrumado me senté y esperé pacientemente su llegada.

La noche era helada, podía ver mi aliento mientras cada vello de mi cuello se erizaba con la brisa más sutil que pasaba de cerca.

«¿Dónde estás Claire?»

Aquella velada no pudo ser más larga y tortuosa de lo que ya era, no quería pensar en la posibilidad de que ella no llegará y que al final se hubiera arrepentido, pero no podía creer tal situación, el hecho es que anoche mientras nuestro calor y nuestra alma se unía, pude sentir su corazón totalmente sincronizado y bailando a la sinfonía de mis latidos.