Capitulo 46

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Mis pensamientos se detuvieron al momento en que me giré para ver a un sujeto de no más 35 años, con traje y una reluciente dentadura que adornaba su rostro, esperando en medio del pasillo con un gran ramo de rosas en sus manos.

De inmediato pensé «¿Qué es esto?» «¿Quién es este tipo?» «¿De dónde salió?» «¿Por qué él y ella iban tan bien vestidos?»

Lo demás resultaba ser una obviedad en todos los sentidos, pero el hecho de que Claire lo ignorara en un principio avivó mis ganas de estar ahí, era como una manera de decir que estaba aquí por ella.

—León, te sugiero que arreglemos está discusión algún otro día sí, estaré algo ocupada está noche, te pido que te retires.

Aquel comentario fue escuchado tan vivamente que sentí como aclimató cada rincón de mi ser, pero mis ojos estaban enfocados en ese sujeto que yacía detrás de nosotros.
El tipo tampoco miraba Claire, se detenía en mí, en asegurarse de que tipo de hombre era yo para poder estar cerca de ella.

Nuestra disputa visual no termino y no parecía hacerlo, había tensión en el aire, un estrés infundado en ambos que era muy notorio en cada momento que pasaba, y a decir verdad, no me sentía dispuesto a recular en ningún lapso alguno.

Entonces, cuando estaba por dar un paso al frente, Claire tomó mi brazo haciendo un poco de presión en él, esto para que no pudiera avanzar.
Por supuesto que me detuve, y antes de siquiera voltear a verla, ella susurró con su sutil y pasiva voz que tanto la caracterizaba.

—Por favor León, te lo pido, no hagas una escena.

De inmediato mi brazo comenzó a temblar, pues no esperaba que me dijera eso.

—Hazlo por mí, si te intereso, si en verdad te importa mi integridad y mi felicidad, no armarás show aquí.

—...Podemos hablar después, evitemos meternos en problemas.

Mis párpados sucumbieron en abundancia, mientras el sujeto seguía mirándome con una cara de pocos amigos.

Lentamente Claire soltó mi brazo dejándome completamente innerte y a expensas de lo que podría suceder, pero no paso a mayores, no estaba lo suficientemente ebrio para hacer tales acciones.

Miré al suelo intentando pensar algo, insinuar algo, no quería dejarle todo en bandeja de plata a ese tipo, que a simple vista, parecía no agradarle, pero aún más, el simple hecho de pensar que estaba conrtejandola en mis narices me hacía sentir un completo inútil.

Segundos después, levanté la mirada y me giré para ver a Claire que igual que aquel sujeto, posaba fríamente sus ojos en mí.

—No vayas arruinar tu vida Claire, pues solo tienes una... no ahora, eres joven, hermosa, eres la perfección es persona, es de humanos equivocarse, yo lo hice, y he vivido con eso todo este tiempo, me he engañado todos los días hasta ahora, he aceptado mi fracaso como hombre, pero aquí estoy...

—Por favor no sigas León.

—Es verdad Claire, todo es verdad, soy una fiasco... pe...

—Estas ebrio y confundido, dices puras barbaridades—Exclamo llevando su mano a su frente—Vete a casa, descansa...

—¡No!—Apele con suma seguridad en mi voz—No lo entiendes, ¿Qué no ves? ¡Mírame!—Alce mis brazos con holgura manifestando mi escaso cuidado personal que llevaba en ese momento.

Claire me miró y pude casi asegurar, que sus ojos se cristalizaron al instante en que los míos perdían su color al verla.

—Casi vengo de rodillas hasta aquí... ni siquiera se si traigo las llaves del auto en el bolsillo, ya lo olvidé, pero no me importa, sabía que debía venir, tenía que exponer lo mucho que lo lamento.

La elección de LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora