En tonos grises (ChengSang)

Extra 8. En tonos grises

Esta es la canción de los dos tortolos, la amo, me encanta, significa mucho para mí! Espero les guste!

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Jiang Cheng veía rostros conocidos. Veía a su hermano y hermana hablando animadamente, los esposos de ambos también compartían una amigable charla. Xichen y Guangyao se tomaban de las manos mientras veían los recuadros en las paredes.

Recordaba a esos jóvenes que estaban en la esquina, eran Xiao Xingchen y su hermana Xiao Qin, vestidos de gala mientras hablaban con Nie Mingjue... habían decidido trabajar para él, así como Xue Yang.

Song Lan, el tipo serio, junto a Xue Yang, completamente renovado, llevaban bebidas para todos ellos. Jin Xuanyu se les unió después, tomando en secreto y discretamente la mano de Nie Mingjue.

Todos eran tan conocidos... y al mismo tiempo se sentía como un extraño.

Se había alejado siempre de los que más amaba. Era impulsivo, con una lengua afilada y un carácter volátil. Se alejaba siempre que podía, pero permanecía al margen, allí donde todos supieran que estaría para ellos, aunque estuviera solo al borde.

Aunque estaba acompañado se sentía solo, en parte era su culpa. Sabía que podía acercarse a cualquier grupo y todos le recibirían con cariño, todos le hablarían y le preguntaría por su trabajo, por sus perros o por sus proyectos. Harían bromas con él y reirían con él... pero eso no era lo que buscaba.

Buscó entonces a la mata de cabellos oscuros y ojos verdes. Todos los hombres, menos Jin Xuanyu quien llevaba algunas piezas en su cabello y manos, iban vestidos con trajes negros sencillos, incluso él. Pero no su A-Sang, no el amor de su vida.

Lo vio hablando con su nuevo comprador, un hombre mayor que había decidido comprar la mitad de la colección de Nie Huaisang... y a un buen precio. El hombre no lo miraba extraño, no como lo harían en otro lugar. Lo veía como a un genio, como a un hombre que llega con la gloria en sus manos. Aunque tuviera puesto un traje verde con accesorios dorados.

Todos amaban las pinturas de Huaisang, todos amaban el mundo que Huaisang pintaba con sus manos.

El hombre se fue, dejando a Nie Huaisang solo. Jiang Cheng había aprendido a medir sus gestos. Esa línea en su boca, difícilmente haciéndose pasar por una sonrisa. Sus manos en su espalda, se sujetaba los dedos con un poco de nerviosismo. Y sus ojos, aquellos orbes siempre brillantes y electrizantes para él... estaban un poco apagados.

- A-Sang – no tardó nada en acercarse a él cuando vio aquel semblante - ¿Está todo bien? –

- Lo está, ChengCheng... - sabía que Huaisang estaba por respirar pesadamente, siempre pasaba así – Es solo... en las fiestas que organiza mi hermano solo me quedo detrás de todo... pocas veces salgo yo –

- Lo entiendo – Jiang Cheng le ofreció la mano y Nie Huaisang la tomó, entonces Jiang Cheng lo pegó a su pecho – Cuando estés cansado dime... y te llevaré a casa ¿de acuerdo? –

- Entonces... - allí estaba, el nudo en la garganta – Mejor vámonos ahora –

Wanyin no necesitó escuchar más palabras. Una de sus manos se alojó en la espalda de Huaisang mientras lo guiaba a la salida.

Ambos sabían de aquella sensación. En aquella exposición de arte, aquella fiesta que era para Nie, todo era demasiado. Estaban sus seres queridos, sí, estaban festejando sus logros, sí... pero no era lo que buscaban, no así.

Porque seguían siendo voces huecas y espacios vacíos. Seguían siendo las mismas habitaciones grandes, inmensas... pero estaban vacías. Ninguno se había sentido suficiente nunca, no eran los mejores, ni los más listos, ni los más queridos.