En tonos grises (ChengSang)

Extra 4. ChengCheng y A-Sang

El pequeño de 8 años corre por toda la casa, con tanta emoción que los trabajadores que les ayudan en la limpieza y mantenimiento del lugar le miran con ternura. En sus manitas llevaba un par de cintas color verde, mientras se dirigía con determinación a la oficina de su hermano.

- Hermano... ¿A-Sang puede pasar? –

- Pasa –

Entró en el lugar que antes le correspondía a su padre. Su hermano, Nie Mingjue, estaba sentado en la silla giratoria que estaba detrás del gran escritorio. Su rostro mostraba un gesto serio, mientras leía algunas cosas en la computadora.

Gesto que se suavizó al ver a su pequeño hermano.

- A-Sang ¿qué te trae a mi oficina? Te conté que tendríamos visitas y que necesitaba arreglar todo –

- Es que te falta arreglar algo hermano – el joven de 23 años le miró con confusión - ¡Mis cintas! Tengo que verme muy bonito para las visitas el día de hoy –

Nie Mingjue rio, mientras se separaba del escritorio e iba con su hermano - ¿Para qué quieres verte bonito? – se agachó hasta estar a la altura del niño y comenzar a decorara su cabello con esas cintas.

- Es que hoy viene el niño guapo de ojos grises –

Un leve tic se presentó en el rostro del mayor.

- ¿Y qué tiene que ver ese niño? Eres muy pequeño para pensar en eso A-Sang –

- Hermano, es que si me veo bonito ChengCheng accederá a casarse conmigo –

No es que Nie Mingjue fuese sobreprotector con su pequeño hermano menor (en realidad si lo era) pero que Jiang Cheng, el hijo arisco de los Jiang, fuera el primer interés amoroso de Huaisang le causaba cierto... descontento.

- ¿Y cuándo me has pedido permiso para casarte? Ya no te importa tu hermano mayor ¿verdad? –

- ¡No! A-Jue, sí te quiero... -

- Tienes mi permiso para casarte después de los treinta –

- ¡Hermano! – Huaisang se dio la vuelta y lo tomó del rostro – Eso no es justo, me van a ganar a ChengCheng –

- Bueno, tu ChengCheng puede esperar hasta que cumplas los treinta –

Nie Huaisang hizo un puchero, mientras su hermano reía de esa reacción tan tierna e infantil. Claro que iba muy enserio cuando decía que tenía permiso de casarse hasta los treinta.

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La valentía le duró poco al pequeño Nie Huaisang. Solo había visto a Jiang Cheng tres veces. La primera lo vio de lejos, negándose a hablar con él. La segunda apenas y le miró, aun así, accedió a caminar con él por la casa de los Jiang. La tercera vez Jiang Cheng y él habían jugado un poco más, pero Huaisang se sintió un poco intimidado por los hermanos mayores de ChengCheng.

Y ahora, frente a la madre de Jiang Wanyin, no podía evitar sentirse nervioso. Madam Yu era una mujer de mirada dominante y carácter fuerte. La mirada que le dio a Huaisang le produjo escalofríos en su infantil cuerpo.

- ¿Qué pasa A-Sang? – preguntó su hermano, mientras le acariciaba la cabeza - ¿No querías jugar con Jiang Cheng? –

- Pequeño Nie – le llamó aquella mujer – Mi hijo está jugando en tu patio... ¿por qué no le haces compañía? –

Al niño le brillaron los ojos, mientras iba corriendo al lugar mencionado. Su hermano le consentía mucho, tanto que le había elaborado un pequeño campo de juegos en el patio de aquella casa. Vio a dos jóvenes, Yanli y Wuxian estaban juntos en los columpios, mientras Jiang Cheng estaba encima del árbol, que estaba en el centro.