Interludio

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Como si en el mundo solo quedaran ellos... Nie Huaisang corrió hacia Jiang Cheng. Seguía llorando mucho al sentirse tan aliviado de que su familia hubiese regresado con vida. No le importó en absoluto que todos en la casa le viesen lagrimear de forma tan infantil, ni que su hermano mirara ligeramente amenazador a Jiang Wanyin.

Cheng no le falló y abrió sus brazos para que se acurrucara en él. El abrazo era un poco doloroso. Se aferraban el uno al otro como si de repente alguien llegaría y los alejaría por siempre. Ni siquiera podían respirar bien, al estar sujetándose con fuerza. Y tampoco había palabras que fueran necesarias.

Cuando volvieron a abrir los ojos notaron que eran los únicos en el lugar.

- Ven conmigo – Jiang Cheng lo tomó de la mano y, sin esperar respuesta, lo llevo hacia su habitación en aquella casa. Huaisang le siguió con gusto, sin importarle nada más que ellos dos.

Al llegar, Cheng cerró la puerta y volvió a abrazarle, esta vez de forma más suave. Pasó sus manos por la estrecha cintura y lo atrajo hacia su pecho. Huaisang no se negó al contacto y se recargó en Wanyin, disfrutando de la calidez que le brindaba aquel lugar.

- Estás aquí – decía Cheng en un susurro – Estás aquí y estás a salvo... - lo tomó del rostro y besó su frente con cuidado, como si temiese romperlo. Dejó sus labios ahí, inhalando también el aroma del Nie. Olía a jabón y a pintura... justo como se imaginaba que sería.

Huaisang sonrió completamente feliz. Creía que estaba loco al sentir bajo su palma los latidos del corazón del Jiang. Sabía que sus manos estarían temblando si no estuviese, literalmente, tocando el pecho de Jiang Cheng.

- Si haces eso una vez más – dijo, riéndose también – Escaparte sin decirme y asustarme de esa forma... yo seré quien te rompa las piernas – le dio un golpecito en el hombro.

- No me iré, no deseo hacerlo más... - notó que Huaisang tembló un poco - ¿Tienes frío? – y de nuevo, sin esperar respuesta, lo guio hacia la cama e hizo que se sentara. El otro, al no querer terminar con las atenciones del Jiang, no dijo nada. Solo sonreía.

Jiang Cheng le puso una manta en los hombros para después sentarse a su lado.

- Me gustó mucho la peineta – soltó el Nie, con un ligero rubor – Es muy bonita –

- La hice para ti... pensé que se vería muy bonito en tu cabello... -

- ¿Tú lo hiciste? – el brillo en los ojos de Huaisang le hizo contener la respiración - ¿ChengCheng, lo has hecho para mí? – asintió con la cabeza mientras comenzaba a sonrojarse.

Huaisang se lanzó de nuevo hacia él, para atraparlo en un abrazo. No contó con que su fuerza tomaría sorprendido a Cheng y que ambos terminarían recostados. Jiang Cheng en la cama y él sobre Cheng. Su cabeza estaba pegada al pecho de Wanyin y otra vez sintió esos latidos, y les escuchó. Y le sorprendió lo maravillado que estaba al escuchar cómo martilleaba.

Cuando quiso levantarse para disculparse se topó con la mirada intensa de Wanyin. Gris y verde chocaban en aquella habitación. Su vista se desviaba a los labios de Cheng y las manos de aquel hombre comenzaban a tantear su cintura. Le avergonzaba un poco estar tan cercano al rostro del otro, pero también se sentía agradecido de poder presenciar de cerca la tormenta de ese par de ojos grises.

Sin darse cuenta había llevado una de sus manos a la barbilla de Wanyin y, como si de una de sus pinturas se tratase, delineo la línea de la barbilla y se sorprendió al sentir lo suave que era. Acarició los pómulos que tanto había disfrutado pintar y se deleitó con el arco elegante de sus cejas.

Jiang Cheng no se quedó atrás. Sus manos habían acariciado con más confianza la cintura de Huaisang. La tenue curva que también era firme al tacto, sumándole a eso el calor del cuerpo de Nie que le hacía sentir tan cómodo. Y supo que si ese instante fuera eterno él podría entregarlo todo sin renegar. No se atrevía a tocar la piel desnuda, no era tiempo todavía, pero si se acomodó mejor en la cama de manera que entre sus piernas estaba Huaisang.

Las caricias del chico en su rostro le hacían sentir una paz tan imperturbable que sonrió y cerró sus ojos un momento. Y Huaisang se derritió ante aquel gesto.

Acercó sus labios despacio, dispuesto a besar el rostro de Jiang. Primero besó su mejilla con la suavidad de una pluma. Después besó la comisura de la boca con un poco más de firmeza. Y luego posó sus labios sobre los de él.

No se atrevía a moverse, no sabía cómo y no quería que el momento se viera interrumpido por su inexperiencia. Pero los labios de Cheng se movieron primero. En movimientos lentos y tranquilos, apenas profundizándose.

Huaisang sentía que su cara ardía y que su corazón se saldría de su pecho en cualquier momento. Pero continuó con el beso, con un poco más de seguridad. Sus manos seguían acariciando el rostro de Wanyin, quien gustoso recibía los toques de la piel suave de aquel de ojos verdes.

Cheng no quería besarle con dureza, con urgencia... presentía que Huaisang estaba dando todo en aquel primer beso. Quería hacerlo memorable para él. Así que lo tomó de la cintura y lo giró, ambos recostados de lado abrazándose en aquel pedacito de eternidad y entregando toda el alma en un beso inocente, lleno de cariño y devoción.

Entonces ya no se sentían tan solos.

Ya no estaba el vacío de la casa grande, con sus fotografías frías y el eco de la soledad.

Ya no estaba la casa ausente de presencia, pero llena de personas, ni las pinturas carentes de emoción.

Ya no estaba aquella insatisfacción tediosa que les hacía anhelar más de algo cuyo nombre no conocían. Sosteniendo entre sus manos aquel trocito de universo... ¿cómo podrían volver a sentirse solos?

La necesidad de oxígeno fue quien les interrumpió. Mientras que Cheng tenía sus mejillas sonrojadas, Huaisang portaba un color rojo en toda su cara. Al ver aquel atisbo de risa en la cara de Jiang se escondió en su pecho, causando risa en Wanyin.

- ¿Qué ocurre, A-Sang? –

- Ese fue mi primer beso... es tan extraño... -

- ¿Te gustó? –

Huaisang asintió con la cabeza.

- Entonces... me siento orgulloso de saber que soy tu primer beso –

¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬

Esa noche, después de un día tan ajetreado, Jiang Cheng no fue capaz de permitir que Nie Huaisang regresara a su habitación. Le había prestado algo de ropa para dormir y se habían recostado juntos en esa cama.

Huaisang había tenido el valor, era caprichoso y lo sabía, de aferrarse toda la noche al Jiang.

Y así, después de la nube que habían formado con ese primer beso, supieron que estaban con la persona correcta.

..........

+1100 palabras para describir un primer beso... es la primera vez que hago algo así jajajaja.

Espero que les haya gustado este mini maratón, la verdad es que es la primera vez que me regalo algo de cumpleaños XD.

En otras noticias... ya sé que no he terminado el Cultivatober peeeeeero participaré en el ChengSang Month!!

Amo esta shipp con locura y la verdad quiero escribir todo lo que pueda sobre ellos. Quedé de nuevo al decir que publicaría esta semana XD supongo que será hasta la próxima!!

Cuídense mucho!!!

En tonos grises (ChengSang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora