Crueldad. Segunda parte

330 85 21
                                    

- Cheng... ¿cómo estuvo tu día? –

- Tenemos noticias Huaisang – su cara demostraba el cansancio de una eternidad, como si no hubiese estado durmiendo desde hace días. "¿Por qué no lo noté?" se preguntaba Huaisang – Madre encontró cierta información en las cuentas bancarias de estos chicos –

Jiang Cheng retomó el camino hacia la casa de los Lan, en total oscuridad. Las calles estaban desiertas, lo que hacía sentir al Nie desconfiado.

- Hubo movimientos de dinero, grandes cantidades de hecho – continuó – La mayoría son entre ellos, muy pocos movimientos fuera de su círculo social. El problema es que rastreó algo más –

Wanyin detuvo sus palabras, ante la mirada expectante del Agitador, tomó su teléfono y se lo pasó a su acompañante – Busca la galería, después de todo esos niños no eran los angelitos que todos creían –

En las fotos podían verse a los chicos, en sí los desaparecidos, en distintos lugares, bares, hoteles, albercas, playas. Serían fotos normales, como la de cualquier persona en este siglo, de no ser por el fondo.

Podían verse personas golpeadas, sus mismos compañeros, los chicos de la universidad, siendo maltratados y humillados. Pero lo peor era que esos tipos habían tomado fotografías, alardeando de ese comportamiento.

- Cheng... esto.... – se quedó sin palabras.

- Madre y padre sospechan que ellos hacían eso – le miró, con notoria furia en su mirada – Tal vez, mierda no lo sé, cobraban dinero y pagaban por hacer esto –

Todo tenía sentido para Huaisang, los había visto, la libertad con la que caminaban ahora por la institución. Tan libres, sin miedo a que alguien se interpusiera en su camino para hacerles daño.

- Tenemos que hablar hoy con todos – aseguró Nie – Probablemente nuestros culpables no sean solamente los Wen –

- Ya les he llamado, hablaremos durante la noche sobre este asunto – miró por el espejo, hacia el camino que iba dejando atrás – Primero debemos perder al auto que nos va siguiendo –

- ¿Nos vienen siguiendo? – Jiang Cheng asintió - ¿Debería sacar un arma? – Wanyin le miró con asombro.

- ¿Traes armas? –

- No mantienes tu seguridad en un negocio como el de los Nie sin saber defenderte –

- Eres todo un caso Nie Huaisang – aumento la velocidad del auto – Espero que algún día me demuestres todas tus maravillas –

Ambos se sonrieron, quizás por la emoción que emanaba aquella recién iniciada persecución o tal vez algo más. Pero el brillo en los ojos de ambos delataba la emoción con que sus corazones latían.

¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬

La casa de los Wen era casi una fortaleza, la seguridad, aunque sutil era extrema. La casa se encontraba en el centro del terreno, siendo rodeada de verdes jardines solitarios. Ese lugar fue testigo de grandes y asombrosas fiestas, las cuales hacían demostraciones de la riqueza y el poder de la familia Wen.

Algunos tenían el deseo de ser invitados, de ver el gran esplendor que la familia y su negocio emanaba. Otros asistían por compromiso, limitándose a beber un poco con el dueño de la casa y a sonreír mientras caminaba por los pasillos y hablaban con viejos amigos.

Algunos, tan solo unos pocos, iban obligados, atados de manos y con los ojos cubiertos. Ellos iban solo a las fiestas más exclusivas, aquellas donde solo los de la elite podían asistir. Nadie podía asegurar la pureza de los pisos y la castidad de los jardines. Ambos, aunque limpios a simple vista, estaban manchados de sangre.

Un joven paseaba ahí, su piel era bastante pálida, contrastaba con sus ojos oscuros y sus cabellos negros. Ese era el rostro de un chico que estaba dejando la niñez, convirtiéndose en adulto. Llevaba en sus manos una flecha de arco, la pasaba de una mano a otra, mientras picaba la punta con sus dedos.

Con la mirada baja, Wen Ning paseaba por los pasillos de la casa de su tío, no tenía permiso de salir por su mala salud, tampoco es que le apeteciera salir un rato de esos muros y arriesgarse a hacer enojar a su tío Ruohan.

Esa noche en particular la casa estaba bastante solitaria. Su tío y sus tres primos estaban fuera, probablemente en negocios familiares, así que se había animado a salir a caminar un rato sin el temor de encontrarse a su primo Chao y que se divirtiese con él. Los guardias no lo vigilaban.

¿Por qué prestar atención a ese chico torpe que solo se la pasa viendo y caminando?

Era obvio que nadie estaría preparado para el estruendo que irrumpiría la calma en los jardines de la casa Wen.

Primero el sonido de un auto a máxima velocidad, después el choque de algo sólido con uno de los muros y, finalmente, la explosión que destrozó por completo la coraza del lugar.

Los pocos hombres de Ruohan que estaban ahí no lograron comprender la situación, así que se quedaron en su lugar, sin moverse. Al ver que nada había pasado después de aquello se atrevieron a salir de aquel estado de ensoñación. Se acercaron con cautela al lugar y, demasiado tarde, notaron que faltaba el sobrino de su jefe.

En su lugar, alguien había dejado una nota:

"Me complace decirle, señor Wen, que su sobrino se quedará conmigo el tiempo necesario hasta que las personas que usted se llevó regresen.

Aunque, es una lástima, no le puedo asegurar que seguirá completo cuando usted tome una decisión"

¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬

- Ya cargué el arma – decía Huaisang – También envié nuestra ubicación al maestro Wei, en caso de que se requiera –

- De acuerdo, recoge tu cabello, manejaré aún más rápido – Jiang Cheng había tomado también una de las armas que cargaba consigo, la había dejado en su regazo, en caso de que necesitara usarla – Los vidrios son a prueba de balas, dejaré solo el de tu lado abierto por si necesitas disparar –

- ChengCheng, tenía mucho tiempo que no me divertía así –

- ¿Esto es divertido para ti? – preguntó Wanyin con una sonrisa.

- ¿Para ti no lo es? – desde ese ángulo Huaisang se veía asombroso. Su largo cabello recogido en una coleta alta, con ligeros mechones escapando, sosteniendo un arma como si llevase un pincel.

Además de eso, el ligero rubor en sus mejillas y esa sonrisa emocionada estaba torturando a Sandu, quien no podía hacer más que solo mirar. No podía tocar, no podía besar. Pero cómo lo deseaba, sin saber por qué.

Cuando logró recuperar la compostura habló – Creo que es divertido, pero hay cosas más divertidas... -

Huaisang se sonrojó un poco, tal vez malentendiendo de aquellas palabras, entonces se rio – Tal vez algún día podremos divertirnos de otras formas ChengCheng – se acomodó mejor en el auto, para ver hacia atrás – Por lo pronto, matemos unos pocos Wen –

- Te tengo noticias A-Sang... - le miró – No son Wen quienes nos persiguen – 

............

Efectivamente, acaban de secuestrar al Rollito, estoy pensando en hacer una historia aparte para poner ahí los puros interludios en sí. 

A pesar de que sí es ChengSang siento que quienes buscan pues... mucha interacción, no encuentran PURO ChengSang.

XD Así que solo haré un apartado para poner los capítulos que dicen INTERLUDIO. Pero la historia permanecerá aquí...

Se les quiere!!!


En tonos grises (ChengSang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora