Crímenes. Segunda parte

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El celular de Jiang Cheng mostró un mensaje:

"Tengo un trabajo para ti, es urgente" El número desconocido también le adjuntó la dirección de un restaurante lujoso y una clave para que el camarero lo llevara con su cliente.

Guarda en su mochila todo aquello que pueda necesitar, armas, un maletín de primeros auxilios, un cambio extra y municiones.

- El deber llama – le dijo a uno de sus perros, Princesa, mientras salía de casa. Subió a su moto y manejo hasta el restaurante.

No era un secreto que los hijos de los millonarios del estado estaban desapareciendo. Ya nadie hacía fiestas, no había publicaciones nuevas en redes sociales ni movimiento en los bares y antros de la ciudad. Era cuestión de tiempo que lo buscaran a él.

Una vez llegó al lugar indicado estaciono su motocicleta y guardó lo necesario en sus bolsillos. Cuando entró se dio cuenta de que solo una mesa estaba ocupada.

- Buenas tardes, señor, ¿tiene reservación? – preguntó el camarero de la entrada.

- En realidad, vengo a las montañas, para encontrar la flor perdida – le susurró, a lo que el hombre asintió y lo llevó a la mesa más apartada, en un rincón del restaurante.

- ¿Qué le gustaría tomar? – preguntó el hombre – La casa invita –

Jiang Cheng observó al hombre, estaba nervioso, aunque se notaba que estaba acostumbrado a tratar con personas "como él".

- Algo de whiskey estaría bien. Gracias – el hombre lo dejó solo y él tomó su celular. Tenía mensajes de su hermano.

"Cheng, Lan Zhan y yo haremos una cena, por mi cumpleaños. Será la próxima semana, en la casa de campo de los Lan ¿vendrás?"

Suspiró, no es que no quisiera ir. Pero los Lan jamás aceptarían comer en la misma mesa con él.

"No puedo, te visitaré después. Tengo un trabajo muy grande" no era del todo una mentira, pero no quería ser juzgado por un grupo de policías y detectives.

- Sandu, me alegra que estés aquí – la voz de una mujer lo sacó de sus pensamientos – No me gustan los rodeos así que iré directo al grano-

La mujer se sentó. Jiang Cheng observó que parecía bastante joven, pero la forma en la que se movía y hablaba delataba lo contrario. Era una mujer muy hermosa y muy inteligente. Una combinación peligrosamente poderosa.

- ¿Cómo mis servicios pueden ayudarle? – preguntó él.

- Es obvio que ha escuchado los rumores, los y las jóvenes de las familias que manejan el dinero aquí están desapareciendo – Cheng tomó de la bebida que recién le habían traído – Mi sobrina está dentro de esas jóvenes, ella es bastante encantadora, así que me sentiría muy mal si algo le sucede –

-Madam, mis servicios son para encontrar criminales y enemigos, los elimino – respondió, despreocupado – Yo no rescato señoritas-

La señora lo miró y sonrió. Hizo una señal al camarero y este apareció con una maleta, llena de dinero.

- Estoy dispuesta a pagarle todo, incluso puedo doblar la cifra que pida – Jiang la miró con desdén, pues no necesitaba más dinero – Escucha, ella es hija de mi hermana, pero a ellos no les importa en lo más mínimo. Es lo más preciado que tengo. Si no quieres dinero puedo ofrecerte propiedades, acciones, lo que tú quieras. ¿Cuál es tu precio? –

Lo pensó por un momento. La mujer que estaba frente a él era propietaria de una cadena de hoteles de lujo que estaba presente en todo el mundo. Madam Qin, una de las mujeres más poderosas en el mundo de los negocios.

- Quiero tres cosas – comenzó – Uno, todos tus hoteles me recibirán el tiempo que yo quiera, tendré todos los servicios necesarios sin pagar. Cuando yo quiera –

- Hecho –

- Dos. Uno de tus barcos, Laoling, será mío –

La mujer hizo un gesto de resignación. Pero aceptó.

- Y lo último que quiero es que cuando las autoridades, policía, gobernantes, cualquier persona que se encargue de los criminales te pregunte por mí abogues a mi favor-

- ¿A tu favor? – la mujer soltó una carcajada - ¿Por qué deseas quedar bien con esa gente? –

- ¿Aceptas o no? – dijo Jiang Cheng, brusco.

- Acepto –

Después de explicarle los detalles de lainvestigación Sandu se fue. El nuevo trabajo lo esperaba.

..........

NOTA: a Jiang Cheng le llaman Sandu, por que nadie conoce su nombre real.


En tonos grises (ChengSang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora