Amenaza. Segunda parte

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- Tu hermano fue quien hizo eso, bien, muy interesante – dijo Jiang Cheng, quien ya había reanudado el recorrido hacia el hospital.

- No tengo idea de cómo se metió a ese lugar – decía Wen Qing a través del celular – Ni siquiera sabía que él estaba metido en esto –

- ¿A qué te refieres con eso, señorita Qing? – preguntó Huaisang.

- Bueno, el tío Ruohan no lo deja asistir a la escuela – comenzó su explicación – Dice que es por su mala salud, pero yo creo que es por otra cosa – la voz ya estaba más tranquila, aunque aún se escuchaba como si estuviera caminando – Yo no vivo con ellos, tengo mi propio departamento cerca del trabajo, pero la custodia de Wen Ning la tiene Ruohan –

Jiang Wanyin - ¿Por qué tu hermano no vive contigo? –

- Aún no soy mayor de edad, él recién cumplió quince años. Me dejaron trabajar y tengo documentos oficiales para poder cuidarme por mi cuenta, pero no podía llevármelo a él –

- ¿Y puedes verlo, a tu hermano? – la mente de Huaisang estaba trabajando en algo que Cheng no comprendía – Me refiero, a si mantienes contacto con él –

- Sí, la mayoría de las veces es por celular, pero algunas veces se escapa de la casa y va a visitarme –

- ¿Crees que él pueda darnos información? – pidió Wanyin – Si logró saber que iban a ir tras los Lan entonces debe de saber más cosas, podemos contactarlo y... -

- ¡No! – la chica los detuvo – Les dije que iba a mantener a mi hermano fuera de esto –

- Pero, señorita Wen pode... -

- Es mi última palabra – sentenció – Le pediré que me diga lo que sabe, pero nadie va a meterlo a él en este caso – dicho esto colgó.

Los minutos silenciosos pasaron sin incomodidad, ambas cabezas maquinaban ideas y teorías, hasta que llegaron al hospital. Sandu estacionó el auto un poco lejos de la entrada.

- Dejaré el auto aquí, en caso de que necesitemos irnos rápido – le dijo a Huaisang, pero éste aún seguía pensando – Huaisang... Huaisang... - Nie miraba hacia el frente, pero parecía que su cabeza estaba en algún otro punto.

Jiang Cheng se sintió un poco osado, así que tomó uno de los mechones de su cabello y, después de pasarlo entre sus dedos de manera delicada, lo estiró un poco. Entonces Nie Huaisang reaccionó.

- ¡Ay! – volteo para verlo - ¿Qué? –

- Que ya llegamos. Vamos adentro – Jiang Cheng salió del auto intentando, inútilmente, ocultar su sonrisa.

Ambos se dirigieron hacia la entrada del hospital, tratando de verse lo más inocentes posible. Huaisang iba un poco nervioso, después de todo él no era familiar de aquellos a quienes iban a visitar.

Después de dar sus datos (un poco falsos) les dejaron pasar a las habitaciones. Al entrar encontraron a Wei Wuxian y Lan Wangji sentados en el sillón que allí había, mientras que Jin Guangyao estaba recostado en una de las camas, con la cabeza vendada, y Lan Xichen tomaba su mano sin dejar de mirarlo.

- Los Wen están en esto – les comunicó el Jin – Balearon el vehículo en el que íbamos con Tío Qiren, entonces vi a uno de sus sobrinos, Wen Zhuliu –

Huaisang y Cheng se miraron mutuamente, a lo que los demás miraron sorprendidos.

- Ustedes sabían de esto – habló Wei Ying, no preguntando, sino afirmando ese hecho – Ustedes dos ya sabían que Ruohan estaba en esto –

Huaisang suspiró antes de hablar – No sabemos mucho, Maestro Wei – se apresuró a decir – Solo que él tenía algo que ver –

- Nuestro contacto nos dio esa pista – mencionó Wanyin – Como ustedes, no podríamos confiar en esas palabras sin pruebas –

Tras esa "mentira" todos los dejaron tranquilos. Menos Jin Guangyao, quien trataba de observarlos y analizarlos. Pero no logró identificar algo raro.

- Entonces – irrumpió el silencio Xichen – Hemos confirmado ahora que los Wen están en esto ¿Qué debemos hacer? –

- Aumentar la seguridad a las familias – mencionó Wangji.

- Tienes razón, Lan Zhan – Wei Ying se puso de pie – esta vez atacaron al Maestro Lan y al esposo del cuñado... - miró a Guangyao - ¿Crees que es probable que ataquen no solo a los Lan, sino también a los Jiang y Jin? –

- Depende de cómo tomemos esto – explicó – No fueron para matarnos, solo para asustarnos. Aún no sabemos mucho sobre el caso, pero su comportamiento indica que estamos por descubrir algo importante –

Wei Wuxian - Bien, llamaré a Shijie para que alerte a los Jin – tomó su teléfono – Jiang Cheng, no está de más que llames a nuestros padres y les digas de esto – Cheng solo asintió con la cabeza.

Sandu salió de esa sala, solo, para poder realizar aquella llamada que le intimidaba un poco. Una voz respondió solo unos segundos después.

- ¿A-Cheng? Hijo, que bueno que llames – Jiang Fengmian está detrás de esa llamada - ¿Puedo saber el motivo? –

- Hay un caso por acá – suspiró – los Wen secuestraron los hijos de los que mueven el dinero aquí, ahora están apareciendo muertos –

- Vaya – respondió su padre ligeramente alterado – Por fin lo hicieron - 

En tonos grises (ChengSang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora