Aclaración

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El conde no podía estar más satisfecho de ver en el terrible predicamento a su demonio, se le notaba en el semblante cuanto sufría por este embarazo que no esperaba y nunca planeó.

—Creo que tengo un orgasmo...

—¿Qué dijo?

Cuestionaba el demonio al escuchar las palabras de su amo, que lo sacaban momentaneamente de su depresión.

—Si... Finny dijo que si te emocionas mucho se le dice orgasmo...

Refutaba entre nervioso y molesto, el demonio junto a las aves se echaron a reir por esa tonta aclaración, el conde se sonrojaba y agachaba la cabeza al sentirse la burla de ellos.

—¡No se rían! ¡Estúpidos!

—Definitivamente este no es el padre de tu hijo cuando no sabe de esas cosas...

Murmuraba divertido una voz masculina que no era la de Sebastian, parecía que las aves iban tomando poco a poco una forma corpórea humana.

—Ahhh joven amo, lo dijiste a propósito para hacerme reir... ¿Verdad? Eres muy tierno... —Comentaba entre risas algo burlón, su inocencia le causaba gracia.

—¡Ya cállate!

—A partir de ahora voy a supervisar qué tipo de conversaciones tienen usted y Finny...

Sebastian se secaba las pequeñas lágrimas causadas por la risa, admitía eso le sirvió para relajarse un poco, el conde solo lo miraba mal de reojo estando todavía muy avergonzado. A la vez notaba a los misteriosos hombres reunirse a su alrededor.

—¡Ohhh pero que niño más lindo... Y gracioso!

—¿Quieres que te enseñemos que es un orgasmo?

Insinuaban en tono coqueto y pervertido estos misteriosos hombres acorralando al joven contra un viejo tronco.

—Se- Sebastian.... —Murmuraba nervioso al sentir como estos hombres lo sometían.

—Déjenlo tranquilo, ya les dije que es mío... —Se les acercaba, tomando a su amo en brazos tomaban distancia.

—Ya ve por eso no quería traerlo...

El conde que casi nunca admitía sus errores solo hacia un puchero y desviaba la mirada al escuchar ese sutil regaño.

—Ustedes... Solo vine a que me explicaran este asunto. —Murmuraba un poco molesto Sebastian, sus amigos suspiraban resignados.

—Sebastian... Así te haces llamar ¿No?
¿Cómo pudiste embarazarte? —Le cuestionaba con un tono de regaño uno de esos hombres, era el sentir de ellos al ver como uno de su especie había caido tan bajo al preñarse de un insignificante humano.

—No sé... Pensé que era solo un mito eso de que podíamos embarazarnos, ¿Cómo iba a pensar que teniendo una vida sexual activa me embarazaría? —Respondía algo sarcástico.

—Pues ya ves que no es solo un mito, seguramente estabas en celo, mucho sexo y listo ahí está tu bebé... No es complicado de explicar.

Ciel solo los escuchaba conversar entre ellos, no podía evitar sonreír al notar lo mortificado de su demonio que aun lo cargaba.

—¿Hay alguna manera de que este niño no nazca..? —les cuestionaba Sebastian con seriedad pero antes de que sus supuestos amigos le respondieran el conde molesto le miraba.

—¿Piensas matar a tu bebé? ¡Claro que no, Sebastian Michaelis!

—Este no es asunto suyo, es algo mío y no tiene nada que ver con nuestro contrato. —Molesto el mayordomo le reprendía poniéndolo de pie en el suelo.

—Es una lástima, porque eres mi demonio y nuestro contrato dice que debes obedecerme en todo. ¿No?

Sebastian chasqueaba la lengua y se cruzaba de brazos al darse cuenta de que en parte tenía razón, solo se resignaba para escuchar esa nueva orden que su entrometido amo daría.

—¡Sebastian tendrás a ese bebé, es una orden...! —Le hablaba con aparente seriedad pero se notaba su sutil sonrisa traviesa.

—Usted solo hace esto para divertirse no porque le interese mi hijo... ¿Mi hijo? —Al pronunciar lo último el demonio se deprimió un poco y se quedó en blanco.

—Ahhh pobre Sebastian, usted niño sea más comprensivo mire como lo puso... —Le regañaba uno de esos demonios mientras se acercaban a consolar a su compañero embarazado.

—¡Tu no me regañes...! ¡Que demonios tan sensibles y odiosos! Tan ridículos... Vámonos Sebastian ya me cansé de estar aquí. —Hablaba el conde mientras emprendía a paso firme su regreso, dándoles la espalda.

—Mmm... Mira Sebastian pudiste ser el macho y agarrarte ese lindo trasero.—Exclamaba en alto y morbosamente uno de ellos, los demás se embelesaban al verlo caminar.

—¡Dejen de verme así demonios pervertidos! —Les gritaba el conde al escuchar sus insinuaciones.

—Si, pensé que establecería algo con él pero es muy odioso, además su cosita está en crecimiento, yo quería algo más. —Les hablaba Sebastian con resignación.

—Eres idiota... Con ese trasero ignoro su cosita en crecimiento.

—Ya déjenme en paz... Ahora ¿Qué haré? Yo no quiero este mocoso.

—Debiste pensarlo antes de enamorarte, bien sabes que esto no hubiera pasado si solo era sexo casual, involucraste un sentimiento y ahí la consecuencia. —Hablaba uno de ellos retomando seriedad.— Tu no viniste aqui a confirmar tu embarazo, viniste a confirmar lo enamorado que estás.

—Yo no estoy enamorado de ese idiota... Solo pasamos el rato... —Se justificaba molesto mientras se alejaba alcanzando a su amo se perdían entre las sombras.

—Este "Sebastian" creo que no recordó una de nuestras más valiosas enseñanzas demoníacas...

~Si tienes sexo no te enamores~

Repitieron ellos a la vez a manera de cancioncita, retomando su forma de ave se escondían entre las sombras.

—¿Podemos ir a visitarlos pronto? —Cuestionaba divertido uno de ellos— Después de todo al niñito lindo se le quedó esto... Hay que devolvérselo.

Decía este teniendo en una de sus uñas el anillo del conde que al parecer no notó que se lo quitaron.

—Ahhh joven amo... ¿Podemos huir? no quiero llegar a la mansión y ver a Bard. — a manera de ruego le decía cuando llegaban al carruaje.

—No seas llorón y cobarde... Debes afrontar esto como hombre mamá... —Burlón el conde le regañaba— Y...

—¿Y...? —Extrañado le cuestionaba el demonio.

—Felicidades por tu bebé... —Con una sonrisa sincera le deseaba, el demonio se enternecia un poco ante ese gesto. —ahora a preparar tu boda...

—Ya decía yo que tanta bondad era mucho... Usted solo quiere molestarme... —Murmuraba desganado Sebastian, emprendían su regreso a la mansión.

Ese demonio... Tendrá un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora