Fría noche

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-Oye Sebas chan... ¿Te estabas besando con este feo? -Cuestionaba muy celoso el pelirrojo mientras se les acercaba apenas se daba cuenta de lo que había interrumpido antes.

-¿Cómo que feo? ¿Quién eres tú? ¿O qué eres? ¿Hombre o mujer? -Con molestia y algo burlón el rubio le preguntaba notando como se acercaba entrelazaba a propósito su mano a la de Sebastian para fastidiar a ese extraño personaje que los molestaba.

-Ehhh ¿Por qué le agarras así la manito? Y tú Sebas chan... Ahhhh -Escandalosamente le decía estando más cerca de ellos- Sebas chan te la dejas agarrar.

-Y me dejo agarrar otras cosas por este hermoso hombre... -Con un tono pervertido el demonio le hablaba solo para molestar a ese shinigami que más se irritaba llenándose de celos.

-¡Ahhhh esto es una desgracia...! ¡A los hombres guapos les atraen siempre los feos!

-¡Que no soy feo!

-No le hagas caso... Claro que no eres feo, eres el hombre más atractivo que hay. -Todo sumiso Sebastian le decía, obviamente exagerando su forma coqueta de expresarlo como era usual, besándolo apasionado solo para provocar al shinigami y dejara de molestarlos.

-Has roto mi corazón. -Murmuraba sollozante Grell al ver como los dos se besaban.

-Lo siento... -Sarcástico el demonio le hablaba mirándolo de reojo sentía como Bard aprovechaba para besarlo al cuello notando como se estaba excitando.

-¡Te odio... Los odio a los dos...! Yo que iba a visitarte ya que escuché que habría una fiesta en la mansión de tu mocoso. -Con tristeza este les reprochaba resentido.

-Entonces no querrás saber que celebrábamos... -Insinuaba Sebastian sintiendo como el cocinero no dejaba de besarlo.

-Nuestro compromiso... -Alegaba jactancioso Bard dejando de besar a su mayordomo le mostraba el anillo de compromiso en sus manos.

Grell comenzó a llorar sentándose en el suelo se abrazaba a sus piernas por tan inesperada noticia, la pareja se disponía a alejarse cumplido su propósito de molestarlo.

-¿Fuimos algo crueles? -El rubio se cuestionaba al verlo llorar con el corazón roto a ese extraño sujeto.

-No lo creo... Pero podríamos decirle que estamos esperando un bebé y eso lo mataría. -Murmuraba en voz baja Sebastian queriendo decirle de todas formas ya parecería que todo Londres se enteraría por su chismoso amo.

-¿Cómo pudiste enamorarte de un hombre así? ¿Cómo empezaron? -Entre sollozos el pelirrojo le hablaba todo resentido al demonio pero a la vez parecía sentir curiosidad.

-No te contaré eso... A nadie le hemos contado sobre como empezamos ya que es un poco vergonzoso.

-Ahhh Sebas chan es lo mínimo que deberías hacer para aliviar el corazón que acabas de romper. No querrás que obtenga esa información en el récord cinemático de tu cocinero. - En un tono un poco amenazante le hablaba el shinigami, Bard no entendía a que se refería pero no le gustaba la forma en que le miraba amenazante se disponía a sacar su arma.

-¿Este travestí nos está amenazando?
-Tranquilo Bard... Solo está jugando.

-Quiero saber... ¿Cómo este grosero, feo y viejo hombre pudo conquistarte? ¿Acaso te da verguenza contar tu historia de amor? -Insinuaba con malicia Grell como queriendo hacer pelear a la pareja.

-Me da vergüenza la situación de como empezamos... No Bard en si... -Se aferraba el demonio a su rubio cocinero que parecía estar malhumorado- Si él me da permiso te la contaré.

-Por mi no hay problema... A mi no me da verguenza. -Acotaba el rubio con una cínica sonrisa.

-A mi me da vergüenza por los dos... Eres un sinvergüenza... -Con un gesto de mala cara Sebastian refunfuñaba.

-Los odio... Hasta para discutir se miran con amor. ¡¡¡Me da tanta envidia!!!

En medio de un berrinche Grell les reprochaba mientras los miraba, la envidia lo carcomía y el enojo porque su querido demonio se le casaría, aun así quería oír su historia quizás podría aplicar esa técnica para atrapar a William porque si un simple humano pudo conquistar a un atractivo demonio, el que era más guapo podria atrapar a cualquier hombre hermoso.

Mientras tanto a unos varios metros lejos de ellos otra pareja parecía discutir en esa fría noche.

-Bájame... Ya estoy cansado de tus manoseos. -Se escuchaba murmurar a Ciel que sonrojado y apenado pretendía bajarse de los brazos de Anthony cuando ya estaban unos metros lejos de la mansión.

-Yo no te estoy manoseando... Solo que eres muy resbaladizo y parece que te me caes.

-Si claro... Igual bájame. -Sarcástico el joven le ordenaba sin más opción este le bajaba y comenzaron a caminar.

-Ciel... ¿Te puedo decir algo?

-Ya vas a empezar con tus ridiculeces. No te quiero de novio ni mucho menos que me metas tu cosita en mi. No me gustas nada... Mi trasero está reservado para alguien especial.

Aún sonrojado Ciel le aclaraba mientras le miraba mal.

-Solo iba a decirte por donde empezamos a buscar... Ya no voy a molestarte. -Resentido el demonio le hablaba a la vez que se cruzaba de brazos-¿Por dónde vamos?

Le cuestionó seriamente muy diferente a su usual semblante, ambos se quedaron en medio de un incómodo silencio por unos segundos.

-¿Solo así vas a responderme?... Se supone que debías rogarme ante mi rechazo. -Ciel se acercaba mientras le miraba fijamente pero a la vez un poco desafiante.

-Eres mal llevado y muy extraño... Pero así me gustas mucho.

El demonio le susurraba agachándose un poco se acercaba a sus labios, el conde más sonrojado al sentir ese acercamiento abría los ojos con sorpresa, no podía creer que daría su primer beso a un demonio y no le parecía mala idea.

-Según me dijo Sebastian no has besado antes.

-Ese estúpido por qué anda hablando cosas que no le incumben.

Avergonzado el joven murmuraba malhumorado, maldiciendo a su demonio a la distancia.

-No lo culpes yo le pregunté...

-¿Qué otras cosas preguntaste sobre mi? -Un poco coqueto el conde le cuestionaba cerca de sus labios, esperando alguna respuesta tierna que incitara a ese primer beso.

-De qué tamaño es tu cosita. -Burlón el demonio le respondía, sabía que aquello apenaría al otro y así fue.

-¿Eso le preguntaste? -Muy avergonzado Ciel le cuestionaba apretando con enojo sus mejillas.

-Ehhh suéltame... -Anthony le decía apartando su manos de su cara- Es broma... No le pregunté eso aunque me vi tentado a hacerlo.

-¿Y por qué preguntarías algo así?

-Porque si ya tiene vellito podríamos hacer cositas... Tú sabes...

-Idiota pervertido... -Murmuraba Ciel muy sonrojado pues ahora que este demonio lo mencionaba no se había fijado en ese detalle en su anatomía.

-Tú eres más pervertido que yo... Estás pensando si tiene esos vellitos ahí ¿O no? -le sugería coqueto con una sonrisa rozando sus labios-Vamos con vellitos o no, haremos cositas...

Ciel se sonrojaba más al sentir como esos labios lo rozaban con firmeza el trataba de corresponderlo pero estaba tan nervioso, recordando como Sebastian se besaba con el cocinero trataba de imitarlo enredando sus brazos a su cuello trataba de hacer más profundo ese beso pero solo lo estaba ahorcando.

-Oye pequeño, no me mates... -Jadeante el demonio le susurraba sobre sus humedecidos labios- ¿Te gustó tu primer beso?

El conde desviaba la mirada algo apenado con el respirar agitado lamía sus labios de forma provocativa en respuesta.

-Hoy no sales virgen de aquí... -El demonio lo cargaba en sus brazos y con prisa lo llevaba a un apartado del camino.

Ese demonio... Tendrá un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora