Verdad

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La confusión era evidente en esa habitación, Sebastian era golpeado por su amo y a la vez por su ahora casi ex esposo cuando lanzó a su cabeza ese anillo que simbolizaba su unión, sollozando se hacia como bolita en la cama mientras Soma más confundido que enojado se acercaba a la cama ignorando el drama de Sebastian.

—¡Ciel! ¡Es una mentira lo que dijo tu mayordomo! i¿Verdad?! —Un poco alterado pretendía obtener una respuesta negativa de su pequeño amigo a quien consideraba como un hermano, deseaba que todo fuera una muy mala broma por parte del mayordomo. El príncipe empezó a llorar al no escuchar una negativa, ese silencio parecía significar que lo afirmaba, notó como Ciel desviaba la mirada llorosa mientras se escondía bajo las sabanas de nuevo.

Dejando su enojo a un lado se conmovía prometiéndose para si mismo que después buscaría al estúpido ser que corrompió y embarazó a su pequeño e inocente hermanito menor, se sentía de alguna forma culpable de no haberlo cuidado mejor, llorando también se hacía bolita bajo las sábanas junto a él.

—Vaya, todos están llorando... —Murmuraba Agni con algo de resignación entre tanto llanto el no podía mostrarse vulnerable también y unirse al grupo de llorones, acercándose al lado donde estaba el mayordomo le palmeaba la cabeza.

—Señor Sebastian... No puede echarse a llorar su esposo se enojó con usted porque le dio un motivo, ahora debe ira buscarlo y pedirle disculpas.

—Pero el dijo que ya no quiere ser mi esposo, tampoco le voy a rogar que se quede conmigo sino quiere.

—Bueno no creo que el mostrarse orgulloso ahora sea la solución más sabia... Cualquiera se enoja si ve a su recién esposo metido bajo las sabanas con alguien más... ¿Usted que habría hecho de haberlo encontrado en la misma situación?

—Solo cortaría su hombría en pedacitos y se la daría de comer a los gatos —El demonio sonriendo de forma siniestra respondía a la vez que se sentaba, aunque de alguna forma sospechosa pensaba que por muy celoso que estuviera Bard no se hubiera comportado así, intuía que había algo raro en el asunto— Me dolió que me lanzara el anillo así, él sabe que ando sensible, hubiera preferido una bofetada a que me haga ese desplante.

Muy resentido el demonio apretaba en su mano el anillo que minutos antes le fue lanzado.

—Yo no entiendo mucho estas cosas, pero si usted desea iré a hablar con el señor chef para calmarlo y así puedan arreglar con tranquilidad este malentendido. —Sugería casi para si mismo Agni con una aparente sonrisa tranquila— Por otra parte el asunto del amo Ciel, me tiene más inquieto que la pelea con su esposo.

—Oh eso... Creo que fui un poco imprudente al aclarar eso de manera tan repentina pero también un poco tonto por parte de mi amo no negarlo enseguida. —Con una falsa sonrisa el demonio murmuraba.

—Ahora es mi culpa? —Le refutaba molesto Ciel a su mayordomo al escucharlo aun sin salir de las sabanas— Tú deja de abrazarme Soma... Solo me irritas más.

—Entonces ¿Es cierto? —En un susurro el mayordomo hindú le cuestionaba sin creerle todavía.

—No quiero hablar del tema. —Se escuchaba decir al conde mientras salía de las sábanas tratando de apartar a Soma que no se le apartaba mientras seguía lloriqueando.

—Por favor podrían mantener en secreto este asunto.

—Ahora si pides discreción después de decirlo. —Con mala cara Ciel le regañaba a su mayordomo, este solo sonreía nervioso.

—¡Tú le hiciste ese bebé a Ciel! —Alarmado Soma le gritaba al mayordomo con vestido, a pesar de que le tenía un poco de miedo, ahora se armaba de valor para reclamarle.

Ese demonio... Tendrá un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora