Insinuación

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Ciel trataba de zafarse de ese agarre inesperado, pensando que ni en su propia mansión podía estar tranquilo.

-Te voy a soltar pero no grites... Solo quiero decirte algo -Una suave voz le decía al oído estando tras de él le tapaba la boca.

El conde sin más opción asentía con la cabeza, podía reconocer esa voz claramente, era molesto ser tomado de esa forma en su mansión. Como fue el pequeño trato este lo soltó y Ciel se le apartó de inmediato.

-¿Qué te sucede? ¿Estás loco? -Le reprochaba el joven.

-Es que Sebastian no deja que te me acerque y solo así pensé que podría hablar contigo. -Le respondía Anthony con una fingida sonrisa nerviosa, era tan fingida que se notaba a simple vista.

-Es que tu no quieres hablar... Tu quieres hacerme otras cosas...

-¿Yo? ¿Qué cosas podría hacer este tierno demonio?

-De tierno no tienes nada... Bueno que quieres decirme, estoy ocupado debo hablar con Bard. -Con mala cara Ciel le hablaba con una mano en la perilla de la puerta, cuando sintió que este demonio lo acorralaba.

-Veo que andas emocionado con el bebé de Sebastian, ¿No te gustaría tener uno también? -Coqueto le insinuaba.

Sonrojado el conde se ponía nervioso su timidez innata afloraba ante tal incómodo acercamiento solo lo empujaba.

-No... No quiero... Sebastian es un idiota por embarazarse, y en este caso ¿no serías tú el que se embarazaría de mi? -Algo burlón este le insinuaba al demonio para no hacer notar sus nervios.

-Oh vaya... Te me estás insinuando, un hijo tuyo no sería malo... Sería hermoso, tu eres hermoso y yo soy hermoso... Te imaginas lo bello que saldrá más lindo que el de Sebastian -Todo emocionado hablaba Anthony, poniéndose en el suelo en cuatro.

-¡¿Qué haces?!

-¿Qué crees? Preparando el terreno para que me hagas un hijo. ¿Sabes cómo se hacen? -Desde el suelo Anthony le hablaba movía el trasero como para tentarlo.

-¡Claro que sé como se hacen, soy un hombre no un niño! -Exclamaba Ciel con vergüenza tenía el tema en simple teoría pero no en práctica, aunque ni la teoría sabía si estaba bien.

Pasaron unos largos segundos cuando el demonio miraba la incomodidad del conde que todo sonrojado con semblante pensativo parecía analizar la situación.

-Bueno... Creo que es un poco precipitado esto, no quiero que me tomes como un demoniozuelo que se acuesta con cualquiera... ¿Qué te parece si tenemos una cita primero?

Anthony le sugería coqueto levantándose del suelo se le acercaba.

-Ehhh pues no sé... Sebastian se enojará.

-¿Es tu madre o demonio? -Burlón le cuestionaba. El conde al sentirse burlado lo empujaba y se disponía a marcharse.

-Ciel... ¿Si o no? tu de verdad me gustas mucho...

Apenado el joven le escuchaba era la primera vez que alguien se le declaraba de esa forma solo se sonrojaba más.

-Voy a pensarlo... -Murmuró antes de marcharse.

-¿Me dejas darte una lamidita? -Por el pasillo Anthony le preguntaba cuando lo seguía.

-¿Qué quieres lamer? -Cuestionaba malhumorado Sebastian tras su amigo.

-La pregunta sería ¿Qué no quiero lamerle?

-Aléjate de mi amo -Con una amenazante pero falsa sonrisa le advertía, Ciel deteniendo su andar volteaba a verlos.

Ese demonio... Tendrá un bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora