Capítulo 27.

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Lali

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Lali.

No dejo de pensar en las palabras de Peter. No me creo que él quiera algo serio conmigo, pero mi estómago no deja de revolver ante la emoción de saber que él me quiere. Quizás debo darle una oportunidad, dejar que mis inseguridades se vayan, dejarme llevar.

Voy al patio, una suave brisa corre y cierro mis ojos para sentirla. No quiero sentir ya más inseguridades, quiero ser libre, aunque con las terapias que Cielo me ha dado. Todavía no me siento capaz de liberarme. Aunque no use el velo dentro de mi casa, todavía lo uso en la calle, todavía tengo miedo de ir a lugares donde hay muchas personas, aunque no lo muestro cuando salgo con Peter, por dentro estoy temblando.

— Señorita. — giro al escuchar la voz de Julia. — la señora Gimena la está llamando. — me entrega el teléfono.

— Gracias. — lo tomo y contesto. — Hola Gimena, que buenos que me llamas.

— Cuando escucho esa vocecita es porque necesitas un consejo.

— La verdad es que sí. Aunque Cielo me está ayudando, tú eres como una madre para mí.

— Me da gusto escucharte decirlo. ¿Que ocurre?

— Peter quiere que tengamos algo serio. Pero, yo todavía tengo miedo.

— Peter te ha mostrado que te quiere. Él te ama Lali, si no lo intentas nunca te vas a dar cuenta.

— Pero que pasará cuando él quiera llevarme a un lugar, con sus amigos.... No soy la mujer para él.

— Claro que lo eres. Peter nunca se había enamorado. Lali, él siempre evitaba el amor, aunque siempre tuvo mujeres atrás de él, no quiero que eso te haga sentir mal. Lo que intento decir es que. Tú eres la única que ha logrado entrar al corazón de él, la única a la que Peter quiere como pareja. No es para que te sientas presionada, solo tú eres la que puede decidir. Peter te ama y él me lo ha demostrado, porque me pedía consejos. Lali date una oportunidad para amar, abre tu corazón y deja que él entre.

— Gracias Gimena..... Te prometo que lo voy a intentar. ¿Cómo estás en tu viaje?

Con Gimena nos quedamos hablando un poco más, la verdad es que con ella me siento tan bien. No es mentira que la siento como una madre. Gimena ha demostrado más cariño que lo que demostró Katherine en toda mi vida. Ya no puedo decirle madre a una mujer que me ha lastimado como lo hizo ella, aunque me ha dado la vida, ella se lo cobró muy bien con todo el daño que me hizo. No le debo nada, ella está fuera de mi vida y ahora lo que me tengo que concentrar es en ser feliz y con Peter lo tengo que ser, no. Lo voy hacer, pero si me sigo deteniendo por el terror que siento al dejar que alguien me ame, nunca lo voy a poder ser. Miro los rosales y las rosas que están floreciendo, toco una con delicadeza.

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