Capítulo 43.

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Trago saliva mientras veo que ellos se percataron del mi presencia, quiero correr pero todo mi cuerpo está paralizado a causa del miedo

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Trago saliva mientras veo que ellos se percataron del mi presencia, quiero correr pero todo mi cuerpo está paralizado a causa del miedo. No sé si me harán daño o estoy a salvo. Cuando quiero empezar a correr es demasiado tarde ya que Gastón me agarra y me tapa la boca para que evite gritar. No hay nadie que nos pueda ver y mis ojos se llenan de lágrimas.

— Por favor no llore señorita. Le aseguro que no le vamos hacer daño. — empieza a decir Pablo. — deje que le expliquemos lo que pasa pero por favor no grite.

— Le aseguro que no estamos aquí para hacerle daño. Tenemos nuestros motivos pero no es para hacerle daño. Entiendo que será difícil para usted, pero confíe en nosotros por favor.

La voz de Gastón es muy suave y empiezo a tranquilizarme. Asiento dándoles a entender que no haré nada y estoy dispuesta a escucharlos. Gastón lentamente comienza a quitar su mano de mi boca y se aleja un poco, veo que tanto él como Pablo están expectante con cualquier reacción que haga.

— Está bien los voy a escuchar, pero no aquí, quiero ir a otro lugar en dónde hayan personas.

Ellos asiente y caminamos hacia una cafetería que hay en el centro comercial. Nos sentamos y pedimos unas bebidas para poder estar aquí. Los veo esperando a que comiencen hablar.

— Nosotros si somos guardaespaldas, no mentimos en nuestros currículum. — empieza a decir Pablo. — pero nosotros decidimos tomar el trabajo de protegerla a usted.

— ¿Por qué? Escuché que dijeron el nombre de Leo. ¿Que tienen que ver con él?

— Obtener venganza. — dice Gastón. Veo como aprieta las manos en puño.

— ¿Por qué?

— Por nuestra hermana. — dice Pablo y lo miro sin entender nada. — Nuestra hermana era la mujer que la ayudó y que Leo mató. — abro los ojos sorprendida. — nuestra hermana nos crío a Gastón a mí cuando nuestros padres murieron. Ella dejó todo para ponerse a trabajar por nosotros y que no nos faltara comida. Ella tenía dos empleos uno en una cafetería por las mañanas y en la noche en un bar. A medida que íbamos creciendo y que los pagos aumentaban, ella se metió de bailarina exótica y en acostarse con hombres..... Nos sacó adelante y dejó su vida aún lado. Cuando Gastón y yo, podíamos ya trabajar, le pedimos que dejara esa vida. Pero ella se negó, empezamos a ver un cambio en ella muy extremo, ella a veces no llegaba a dormir. Cuando le preguntamos porque no dejaba esa vida, ella nos dijo que no teníamos derecho a meternos en lo que ella hace con su vida.

— Nosotros terminamos nuestros estudios y nos hicimos guardaespalda. — prosigue Gastón al ver que su hermano guardaba silencio. — A causa de eso nosotros teníamos que viajar mucho. Le enviamos dinero a nuestra hermana y hablábamos con ella siempre, lo volvíamos a pedir que dejara esa vida que nosotros ya teníamos un buen empleo en dónde ella no necesitaba trabajar. Eso hizo que ella se alejara definitivamente de nosotros. Le pedimos a un amigo que estuviera pendiente de ella y nos contara todo lo que hacía. Nos enteramos que ella estaba saliendo con alguien y ese alguien la vendía a otros hombre, aunque mi hermana se lo permitía, también que el dinero que le enviamos, ella se lo daba a él. Pedimos a nuestro jefes que nos diera permiso para ir con nuestra hermana. Al llegar a la casa nos dimos cuenta que ella ya no vivía más allí. La fuimos a buscar a su trabajo, le dijimos que dejara esa vida que ella no tenía porque seguir así. Ella se volvió loca y nos dijo que no teníamos que meternos en su vida que ella ya hizo lo que tenía que hacer por nosotros, ahora era tiempo de ella vivir como se le diera la gana. Nos dijo que la dejáramos en paz. — noto un poco de temblor en su voz. — lo hicimos la dejamos en paz ya que vimos que Lucrecia estaba ciega de amor había Leo..... Lali no fue casualidad que yo pasara por esa carretera. Nuestra hermana nos llamó contando todo lo que estaba pasando y nos pidió ayuda.... Ella se dio cuenta que Leo estaba muy mal, le pedimos que no hiciera nada que espera por nosotros. Pero ella no hizo caso, yo iba hacia esa cabaña, pero apareciste tú en el camino pidiendo ayuda....

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