Capítulo 25.

380 32 1
                                    

Los labios de Peter son tan dulces y tiernos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los labios de Peter son tan dulces y tiernos. Él me besa tan suavemente, con ternura, como si hubiera esperado tanto tiempo para este momento, la verdad yo me siento de igual forma. Se siente tan hermoso poder besarlo, sentir sus cálidos labios tocando los míos y como su lengua juega con la mía. Aunque no soy una experta en besar, con Peter se siente como si lo hubiera hecho toda mi vida. Poco a poco nos separamos, pero nuestras frentes están unidas.

— Te amo Lali.

— ¿Cómo puedes amar a alguien como yo? Mira mi rostro Peter.

— Yo veo a una mujer hermosa. Porque lo eres Lali, eres hermosa y no me importa esa cicatriz, tu eres la que me importa. Quiero que entiendas que te amo, te amo con todo mi ser.

— ¿De verdad me amas? — pregunto con una esperanza en mi voz, aunque él me lo haya dicho, quiero escucharlo otra vez.

— Claro que te amo. ¡Te amo! — grita haciéndome reír. — te amo, te amo, te amo.

— Yo también te amo, Peter. — me sonrojo. — de verdad te amo y gracias por amarme.

— Siempre lo voy hacer pequeña.  Ahora aunque no quiero arruinar este momento. Deberíamos denunciar a Katherine. Pequeña ella tiene que pagar por lo que te hizo, al igual que ese hombre. Merecen ir a la cárcel.

— No puedo. — digo con un nudo en mi voz. — a pesar de todo es mi madre.... Peter no me veo capaz de denunciarla, es mi madre, Peter. Lo único que deseo es que ella no se vuelva acercar a mí.....

— Hare que ella no se pueda acercar a ti. Nadie te volverá hacer daño cariño. Nadie te lo juro.

— Gracias, me alegra tanto haberte conocido. — pongo mi cabeza en su pecho. — te volviste tan importante para mí, Peter. Por favor nunca me dejes.

— Nunca lo haré hermosa. — lo siento abrazarme. — estaré para ti siempre.

Sonrió y mis lágrimas empieza a correr. Me siento tan bien de poder haber sacado todo lo que me ha pasado. Peter es un hombre maravilloso. Nos quedamos un rato abrazados. Después volvemos a la casa y Gimena nos espera preocupada. Ya nadie se encuentra. Gimena se acerca a nosotros.

— Pequeña, ¿Cómo te sientes?

— Ya estoy mejor, Gracias por estar aquí. — tomo su mano. — gracias por haber estado aquí conmigo.

— Estaremos siempre. — dice Gimena. — ven vamos para que te des un baño.

— Ve cariño. Yo haré unas llamadas. — Peter se acerca a mí y me da un beso en los labios.

Sonrió sonrojada al ver que Gimena nos mira con una sonrisa. Subimos las escaleras en silencio, cuando estamos arriba vamos a mi cuarto. Gimena va al cuarto de baño y me prepara un baño. Me miro en el espejo y hago una mueca, pero sonrió porque Peter no le importó verme así, él me ama.

Belleza fugitiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora