Capítulo 38.

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Lali

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Lali.

Mis ojos me pesan mucho, intento abrirlos pero me cuesta demasiado hacerlo. Estoy mareada y con ganas de vomitar, recuerdo lo que pasó; Leo me secuestró y ahora no sé dónde estoy. Abro mis ojos y estoy amarrada a una cama, sollozo con miedo porque estoy a merced de un loco que Dios sabe que quiere hacerme. Me paso la lengua por mis labios ya que los siento resecos.

Miro para todos lados buscando una forma en la cual pueda salir, pero la única salida es la puerta ya que no hay ninguna ventana en este cuarto. Intento soltarme, pero más bien estoy lastimando mis muñecas. La puerta se abre haciendo que me ponga rígida, pero no es Leo quien entra, si no que es una mujer que nunca la he visto. Ella entra y trae una charola. La pone en la mesa que está cerca de la cama. Ella me mira y arruga la frente al verme.

— Te traje algo de comer.

— ¿Quién es usted?

— No le diré quién soy. Le voy a quitar la restricción de una de sus manos para que pueda sentarse y comer.

— Lo que quiero es que me deje ir.... Por favor déjeme ir.... Le juro que no diré nada, pero ayúdeme.

— No voy a traicionar a Leo. Vas a querer comer, ¿sí o no?

— No tengo hambre, lo que quiero es que me deje ir. Sí está ayudando a mi madre y Leo, va salir muy mal de todo esto.

— Esa mujer no tiene nada que ver en esto. Leo la dejó y ahora está conmigo. Además él me contó que usted tiene mucho dinero y sacaremos un buen pedazo para poder vivir tranquilos.

— Sí quiere yo le doy todo el dinero que desee, pero déjeme ir. — le pide entre lágrimas. — se lo pido por favor.

— No voy a traicionar a Leo. Lo amo y todo lo que consigamos será junto. Cómo no va comer, me lo. Voy a llevar de vuelta.

Ella toma de charola y sale del cuarto. Empiezo a llorar porque se nota que esa mujer está cegada por ese hombre. Vuelvo a intentar soltarme, pero lo que gano es lastimar mis muñecas. No sé que tiene planeado ese hombre, pero de algo estoy segura no es nada bueno.

Intento escuchar lo que pasa afuera pero nada está muy silencioso. No puedo creer que me esté pasando esto, porqué cuando pienso que todo está bien pasa esto. No me dejan ser feliz y ahora no sé que es lo que quiere ese hombre, porque ser que no es solo dinero.

«Dios, por favor ayúdame a salir de esto. »

.......

Leo estaba sentando viendo la televisión la televisión con una cerveza en mano. Sonrío al ver que estaban hablando de Lali que fue secuestrada. Todavía no iba hacer nada, dejaría que se desesperaran por no saber de ella, después pediría lo que deseaba. Lo mejor que pudo hacer es estar pendiente de ella y que uno de sus amigos estaba a la afuera de la casa de ella. Cuando le avisó que ella estaba saliendo supo a dónde iría. Ahora él la tenía a ella y podía hacer todo lo que deseaba.

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