Capítulo 57.

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Peter

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Peter.

Por fin se ha terminado todo este asunto con la madre de Lali y todo lo que implicaba hacerle daño. Ahora sí estaremos tranquilos sin que nadie quiera hacerle daño. Detengo el auto en un semáforo en rojo.

— Peter....

— ¿Sí? ¿Qué pasa amor?

— No te enojes, pero me gustaría ir al hospital en dónde Leo está internado.

— Lali no creo.....

— Por favor, necesito ver a ese hombre para por fin estar tranquila.

Quiero negarme, pero sé que ella lo necesita. Cuando el semáforo cambia, arranco el auto, cambio de carril, dirigiéndome hacía dónde se encuentra el hospital. Vamos en silencio ya que sé que Lali está pensando muchas cosas.

Al llegar aparco el auto. Salimos y tomo su mano para darle fuerzas que estaré para ella siempre. Entramos y preguntamos en dónde se encuentra la habitación en dónde está él. Cuando nos dicen, caminamos y al llegar veo a dos personas conocidas, Simón y Gastón hablando con un policía.

— ¿Ustedes que hacen aquí? — pregunta Lali.

— Lali es un gusto volver a verte.  Señor Lanzani.

— ¿Vienen a saber sobre el asesino de su hermana? — pregunto.

Los tres me miran sorprendidos ante lo que dije. Yo la verdad lo supe en el momento en el que ellos comenzaron a cuidar a Lali, los investigué, no me fue difícil de saber la verdad. No soy idiota, siempre averiguó quienes serán mis empleados y más cuando Lali es la mujer más importante en mi vida. Nunca dije nada sobre el asunto, quería que ellos tuvieran la confianza de decirme la verdad, pero sabía que estaban cuidando a Lali para llegar más rápido a Leo.

— Peter ¿Como...., como supiste?

— Lo supe cuando pidieron ser tus guardaespaldas, veo que tú también lo sabías. Además Gastón fue quien te ayudó, no voy a dejarlo así como así cuando vienen a pedir empleo.

— Yo no sabía cómo decírtelo, quería.... Ya sabes, ellos... Bueno me confiaron algo tan importante.

— Entiendo. — los vuelvo a ver.

— Pedimos disculpas por no ser sinceros con usted. — dice Simón. — Pero era necesario estar cerca de la persona implicada por si él quería volver atacar.

— Estábamos llenos de enojo por la muerte de nuestra hermana y queriamos hacer justicia con nuestras manos. — explica Gastón. — Después nos dimos cuenta que no podíamos seguir así y decidimos dejar todo en manos de la justicia. Por eso renunciamos, nunca deseamos hacer que Lali estuviera en peligro.

— Mientras estuvimos con ella la cuidamos con nuestra vida. — asiento. — pero nos sentimos avergonzados de no haber sido sincero con usted. Espero nos perdone.

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