| one shoots |

| 145 | Jeon Jungkook

Bajo el libro que tengo entre las manos cuando escucho el metal de las llaves haciendo contacto con el de la cerradura de la puerta de la entrada.

Jungkook entra al departamento y deja las bolsas en la mesa a un lado de la puerta. Quita sus zapatos y los deja en la entrada mientras remueve su chaqueta y también la deja a un lado. Usa todos los artefactos de limpieza que hemos colocado cerca de la pared y mientras se va a lavar sus manos me encargo de limpiar y desinfectar las bolsas que traía.

Es la cena, así que lo coloco todo en la mesita del living room que adoptamos como nuestro lugar habitual de comidas ya que comenzamos a acompañarlo con alguna película o un nuevo programa de televisión o documental.

Jungkook regresa ahora sin el cubrebocas negro ni su gorra roja.

— Tardaste mucho.— digo mientras observo con orgullo la manera en la que he acomodado toda nuestra comida.

— Nuestra orden no habia salido, tuve que esperar bastante a que estuviera lista.— contesta sentandose en el piso a un lado mio y en menos de un segundo ya dio un gran mordizco a uno de los pequeños panecillos.

Sonrio enternecida y me inclino a dejar un rápido beso en su mejilla, solo para después tomar el control remoto de la televisión y poner a andar la película de terror italiana que encontramos en un listado de las 100 películas más aterradoras que verás en toda tu vida mientras navegabamos por internet.

Seguimos con nuestra cena, pero no es hasta que hay una mujer corriendo cubierta de sangre en la pantalla de la tv y yo tengo las mejillas repletas de fideos picantes, que suena el celular de Jungkook. Sus ojos van inmediatamente al reloj de la pared y rueda los ojos cuando confirma la hora.

— Tienes que estar bromeando.— dice mientras suelta un gran suspiro y se levanta.

— Yo creo que es muy lindo.— asiento mientras detengo la película.

— No es lindo que sea a la misma hora, todos los dias.— se queja para después contestar el teléfono.

También me levanto y me encargo de llevarme la basura y los recipientes sucios a la cocina mientras mi novio les dice a sus amigos que las cosas estan bien, tal como sucede todo los días, exactamente a las 9 de la noche que es cuando los tres chicos ya pueden llamarlo juntos.

Una vez que solo he dejado en la mesa lo que aún no nos hemos terminado de comer y he limpiado lo demás, regreso a sentarme en el piso mientras Jungkook pasea entre la sala y nuestro pequeño jardin aún con la llamada en el teléfono.

Desbloqueo mi celular y siempre me encanta encontrar los trazos de Jungkook como mi fondo de pantalla. Él va a la escuela de arte y no tengo cosa favorita mas grande que tomar los bocetos que hace en cada pequeña superficie y guardarlos. Los que tengo ahora son las pinceladas en acuarela de todas las maneras en las que lucia el sol y la luna cuando plantamos una pequeña tienda de campaña en el jardín y pasamos tres dias durmiendo afuera.  Vaya que nos las hemos arreglado para pasar el tiempo durante esta cuarentena.

Vine a Corea hace dos años por un intercambio estudiantil, mi colegio ofrecia la oportunidad de representar otras culturas y preparar un buen material sobre un tema de interes, algo que aproveche al máximo a la hora de querer realizar mi conjuto de cortometrajes que esperaba que mi academia de cine apreciara despues de tanto esfuerzo puesto en ello. Pero mi proceso quedó suspendido, como todo lo demas, a raiz de que todos tuvieron que permanecer en sus casas.

Jungkook suelta una serie de insultos en coreano a través del celular pero tambien se suelta a reir.

— Si, si, ella esta aqui.— dice y se sienta a un lado mio. Me he esforazado por aprender coreano y me parece que lo hago bastante decente, por lo que escucharme hablar con mi marcado acento y despues escuchar a mis amigos y conocidos en Corea, en especial a los amigos de Jungkook, tratar de hablar mi idioma, es bastante divertido.  Él pone el celular en la mesa y aprieta el botón del altavoz.