— ¿Puedes subir tú brazo un poco más, Florence? .... perfecto.— después de sentir el destello de luz sobre mi, cambio de posición mientras sostengo el material del vestido rosa con encajes.
— Bien, déjame colocarte esto.— el otro hombre a cargo de la sesión se acerca a colocar un sombrero sobre mi cabeza. Lo acomoda cuidadosamente y arregla los mechones de mi peinado.— Listo, bellísima.
Después de varios minutos más de distintas posiciones tratando de encontrar la luz y pensando en mis ángulos, el responsable de la sesión dice que finalmente hemos acabado.
— Hermoso, muchas gracias, Florence.— estrecho la mano del fotógrafo mientras que el director de la sesión, al cuál ya conozco desde hace varios años, me estrecha en sus brazos.
— Te veré en una semana en Ámsterdam, guárdame un buen lugar.— sonrío cuando mi asistente me hace una seña de que debo apresurarme. Nos despedimos una vez más y me dirijo a la habitación donde me cambié de ropa.
— ¿Estas lista, Florence? — Yovanna golpea la puerta mientras termino de colocarme mi abrigo. Acomodo mi cabello, lo primero que hice fue quitarme el estilizado peinado esperando que mi cuero cabelludo lograra reacomodarse de todos los jalones que recibió.
Abro la puerta y ella apenas levanta la mirada mientras hace múltiples anotaciones en su iPad.
— ¿Podemos comer ahora? — ella no levanta la mirada. De hecho, tenemos un trato. Ella no actúa como robot durante ciertos periodos o preguntas específicas, y aunque yo jamás intervendría en su trabajo, debo de confesar lo nerviosa que estaba cuando la agencia la seleccionó para ser mi asistente. Pero ahora éramos prácticamente la sombra de la otra.
— Tú cita en Park Avenue fue cambiada para el jueves, así que puedes irte a casa.— levanta el rostro y sus grandes ojos grises me miran detrás de sus enormes gafas.
— Oh, gracias a Dios, estoy agotada.— suspiro de alivio y saco mi celular. Ella no pierde el tiempo para regresar la mirada a su dispositivo.— También deberías descansar, Anna.
La observo fruncir el ceño ante el apodo, no era la primera vez que me manifestaba su molestia hacia el diminutivo.
— Tú itinerario para Paris no se programará solo.— comienza a andar hacia la salida y sigo sus pasos mientras desbloqueo mi teléfono.
— Te dará un ataque al corazón.
— Eso se significará que estoy haciendo bien mi trabajo.
—¿Qué hay de ese lindo chico de la sesión en la playa? Creí que les iba bien.— el hombre de seguridad nos abre la puerta y el transporte ya espera afuera. Ambas entramos mientras noto a mi ansiosa asistente rodar los ojos.
— Terminamos. Me distraía.
— Cariño, ese es bastante el trabajo de un novio.— baja el iPad y me da una mirada.
— ¿Recuerdas la semana que Freddie consideró que sería romántico secuestrate?
— No estaba secuestrándome....
— Y nadie sabía dónde estabas y yo tuve que contactarte como una desquiciada por un primitivo teléfono por que el pueblito a donde te llevo era remoto y antiguo. Casi pierdes un importante contrato esa vez.
— Bueno, si. Pero estaba pasando por un gran periodo de ansiedad y él creyó que sería buena idea...
— Pudo haberte costado la carrera, Florence. Eso hacen los chicos, o las parejas en general. No es lo que necesito cuando quiero hacer bien mi trabajo.
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| one shoots |
FanfictionEn este libro se encontraran recopilaciones de varias historias cortas creadas por mi. Los protagonistas variaran. Sientanse con la libertad de ofrecer al ser humano que gusten. Ojalá lo disfruten mucho y bienvenidos. - Favor de no tomar ninguna hi...