| one shoots |

| 110 | Justin Bieber

• Justin POV •

— ¿Quieres que te diga lo molesto que me encuentro ahora, o puedes adivinarlo? — pregunto enfurecido mientras Adrian me mira igualmente molesta.

Ella me ignora olímpicamente y deja caer su bolso en la entrada, pasa de largo mío y entra a la cocina.

— ¡Adrian! — entro en la cocina mientras ella está sacando una botella de agua del refrigerador. La observo abrir la botella y beberla, pero cuando su mirada se enfoca en mi la veo rodar los ojos.

— No tendrías por qué estar molesto, Justin.— cierra la botella y la deja en la encimera de la cocina, solo para después volver a intentar pasar de mí y salir de la cocina. La tomo del brazo antes de que pueda hacerlo.— ¿Cuál es tu problema?

— En este momento, tú.

— No tendría por qué serlo.— aparta su brazo con brusquedad y da grandes zancadas hacia su habitación. Suelto todo el aire que tengo contenido.

— ¿Sabes lo preocupado que me encontraba?

— Basta, Justin. Esto es estupido, eres mi compañero de departamento, no mi madre.— escucho que dice justo antes de entrar a su habitación y cerrar fuertemente la puerta. Doy grandes pasos hasta quedar frente a su puerta. Toco levemente con mis nudillos.— ¿Es enserio? Justin, solo vete.

— Estas siendo una niña, Adrian.

— Si, creo que ese es el problema.— suelto una maldicion y dejo caer mi cabeza en su puerta. Mi frente recibe un golpe duro pero no me aparto. Soy un idiota.

— ¿Podemos solo hablar? Por favor.

— Ya hemos hablado.— me siento frustrado. No puedo evitar soltar una maldicion y alejarme de la puerta. Como me pone de los nervios.

Me dejo caer en el sillón de la pequeña sala de estar. Mi cabeza martilla un poco, por eso cuando el teléfono suena casi lo lanzó violentamente por los aires. Es realmente extraño que alguien nos llame al teléfono fijo, pero el departamento ya lo incluía y había muy pocas personas que tenían el número.

— ¿Si? — me parece que mi tono no es muy amable ya que la persona del otro lado tarda bastante en responder.

— Hm, ¿este es el número del departamento de Adrian? — pregunta una voz masculina. Mi mandíbula se siente tensa, pero me obligo a tomar una bocanada de aire.

— ¿Quién habla?

— Um, soy Trevor, solo llamaba para decirle a Adrian que dejó su celular aquí.

— ¿Aquí, dónde?

— Creo que tengo que hablar con ella.

— Escucha, Trevor. ¿Dónde estuvo Adrian este fin de semana?

— Oh, tú debes ser Justin. Ella dijo que eras un bastardo controlador.— mis dientes rechinan y estoy a punto de gritar.

— Oye...

— Escucha, Justin.— interrumpe.— No creo que sea apropiado hablar de Adrian si ella no te lo dijo. Ella estaba realmente herida. Así que creo que tendrán que arreglarlo.