| 009 | Jack Gilinsky

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Siempre sentí que la sensación de tener los ojos llenos de lágrimas era extraña. Desde pequeña me lo cuestionaba bastante. Había ocasiones en las que incluso me hacía llorar solo para tener esa sensación y preguntarme porque se sentía así.

Me río dentro de mí misma cuando me doy cuenta que es lo que estoy haciendo; en lo que tenía que pensar, lo que tenía que llegar a hacer, para mantener mi mente ocupada.

Efectivamente tenía los ojos llenos de lágrimas justo ahora, pero el pensar en el motivo solo me haría soltarme a sollozar inconsolablemente, y eso no podía pasar, no de nuevo.

Así que me digno a abrazar mis piernas aún más a mí y a cerrar los ojos fuertemente mientras respiro pausadamente. A lo lejos oigo las tonadas de una melodía y como he hecho en los últimos momentos, la ignoro. No contestare el teléfono. No lo haré, así que puede seguir sonando todo el día.

Me obligo a pensar en otra anécdota tonta o divertida de mi infancia pero es difícil, mi mente se está nublando. Entonces caigo en la cuenta de que estoy literalmente metida en una.

Estoy dentro de un pequeño cuartillo del sótano. Cuando tenía 7 años estaba molesta porque dejamos el vecindario donde solíamos vivir, así que me moleste mucho con mis padres, pero al llegar aquí ellos me dijeron que explorara esta casa, que encontrara algo bonito y solo mío. Y yo encontré este lugar.

Es un cuarto muy pequeño, ni siquiera es una habitación, pero está detrás de una vieja máquina que nadie usa y que realmente nadie sabe qué es. Lo hice mío. Lo adorne, lo condicione, lo hice mío. Y nadie sabe de él, nadie a excepción de una persona...

Me maldigo a mí misma por eso. Por llevar mis pensamientos de nuevo hacía él. Y esta vez no puedo evitarlo. Esta vez no puedo evitar que las lágrimas se acumulen en mis ojos y se derramen.

Él era la única persona que sabía que yo siempre me encontraría aquí. Nadie más.

Trató de redireccionar mis pensamientos a más recuerdos de la infancia pero fracaso y lo único en lo que puedo pensar es en esa sola escena. Una y otra vez. Y otra vez.

Las manos que se suponen solo debían acariciarme a mí estaban en la piel de alguien más. Los labios que solo debían tocar los míos estaban en los de alguien más. Y ese latido desenfrenado qué debería ser por mi estaba siendo provocado por alguien más, su corazón latía a toda fuerza mientras sostenía a otra persona en sus brazos.

Todo comienza a tener sentido poco a poco en mi cabeza, justo como el final de una película. Todo comienza a caer en su lugar.

Sus llegadas tarde, sus escasas llamadas, sus mensajes carentes de algún sentimiento, esa extraña manera en la que Johnson actuaba. Y entonces todo resulta más triste, no sólo estaba perdiendo a la persona de la que estaba enamorada, también perdí a un amigo que al parecer sabia de esto.

Y en cierta manera comprendo la lealtad de Johnson a Jack, ellos son amigos desde siempre. Yo solo conocí a Johnson cuando Gilinsky me presentó a su mejor amigo. Al parecer Johnson no era tan amigo mío.

Dejo de oír la tonada del teléfono y me siento aliviada, el sonido perturbaba mi mente, como si Jack creyera que parloteando excusas a través del aparato mi corazón recibiera puntadas automáticas. Quizá ni siquiera era Jack. Pero no pensaba arriesgarme.

Apoyo mi cabeza en la pared y trato de dejar de pensar en la situación en general. Y entonces comienzo a preguntarme qué hubiera pasado si yo no hubiera ido a su casa, si yo no hubiera encontrado el comportamiento de Johnson particularmente extraño ese día y si le hubiera creído que Jack había salido con Nash. ¿Él seguiría engañándome? ¿Le sería tan indiferente que no le importarían mis sentimientos para nada?

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