| 079 | Francisco Lachowski

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• Francisco POV •

— ¿Tienes idea de quién podría ser? — pregunto a Tony que se encuentra recargado en su escritorio.

— No tengo idea, solo me alegro de que el idiota de Yates se haya ido.

Asiento de acuerdo con él. Nuestra revista era bastante pequeña aún, causamos algo de intriga al principio, pero el editor en jefe que asignaron, Yates, lo llevó todo al diablo. Todos trabajamos duro para que esta revista de moda crezca más y más y se consiga un nombre importante en la industria. Por suerte alguien había escuchado nuestras plegarias (o simplemente visto el trabajo vago que Yates había estado haciendo) para tomar la decisión de sacarlo del puesto. Hoy llegaría el nuevo editor.

— ¿No tienes sesión, súper estrella? — me pregunta Tony con una sonrisa burlesca.

— No esta semana. ¿No hay modelos que acosar en alguna pasarela? — Tony suelta una risa mientras toma su cámara y la conecta a su computadora.

— Por supuesto que las hay, pero no me perderé la entrada del sujeto que saco el holgazán trasero de Yates de aquí.— Tony comienza a pasar las fotografías de la última pasarela a la que fue. Uno quizá creería que el trabajo en una revista de moda era poco masculino, pero mi mejor amigo llego aquí con la idea de que estaría todo el día rodeado de bellas modelos los 365 días del año. Él bastardo tuvo suerte en eso; es el fotógrafo de pasarela.

— Útil como siempre, Tony — le doy una palmada en la espalda y me enderezo.— Tengo que irme, quieren discutir conmigo los detalles de la nueva línea.

— ¿Te perderás la llegada de nuestro querido editor?

— Será el editor, lo veremos bastante por aquí.— me coloco mi chaqueta y mis lentes de sol.— No acoses modelos en mi ausencia.

— Tú deberías conseguirte una, no sé por qué no tienes una.— niega y solo río mientras dejo el edificio.

La junta es bastante corta. Me cuentan los detalles de la nueva línea de ropa masculina y me muestran todas las prendas que usare. Una vez que he terminado ahí me decido por volver a la editorial, quizá el nuevo editor ya se encuentre ahí.

Es extraño cuando llego a la editorial. Todos tienen una expresión extraña en el rostro. Los miro confundido mientras me dirijo al lugar de Tony. Tiene la misma expresión que todos plasmada en el rostro. Esta en su escritorio escribiendo y clickeando en su computadora con bastante énfasis.

— ¿Que diablos ocurre aquí? — pregunto pero él sigue con la vista fija y concentrada en el computador. — Demonios, ¿él es un bastardo, verdad?

Tony aparta la mirada de la computadora y finalmente se fija en mi, se deja caer en el respaldo de su silla y suelta un gran suspiro mientras pasa sus dedos por su cabello.

— No.— es lo único que dice con la misma mirada en el rostro.

— ¿Entonces qué diablos ocurre? — Tony apoya su cabeza en sus brazos unos segundos para después darle vuelta al monitor de su computador MAC.

En la pantalla hay una serie de fotografías de la misma mujer, la misma hermosa e impresionante mujer. Todas son diferentes, en algunas luce impecables y elegantes trajes mientras que en otras usa unos comprometedores trajes de baño que hacen que pierda la respiración varios segundos.

— Esa, mi querido amigo, es nuestra nueva editora en jefe.— nuevamente pierdo el aliento mientras Tony asiente.— Es como una fantasía vuelta realidad.

— Dios, ¿quién es?

— Salem Jones. Empresaria, modelo, fotógrafa, filántropa, redactora y la lista sigue y sigue. Chica multifuncional. — Tony suelta una bocanada de aire y señala a su alrededor.— Debiste de ver la cara de todos cuando entro. ¡Debiste de ver mi cara cuando llegó!

Sigo procesando lo qué pasó en los últimos minutos cuando Olivia, que solía ser la asistente de Yates, se acerca a nosotros.

— ¡Olivia, cariño! Debo suponer que ahora que ya no trabajas para ese cerdo narcisista de Yates, debes de estar a cargo de la agenda de ese bombón.— Olivia se sonroja levemente y baja la mirada a su tableta electrónica.

— La señorita Salem fue muy amable en dejarme conservar mi empleo como su asistente personal — asiente tímida y su mirada se dirige a mi — Es tu turno, Francisco. Te está esperando.

— ¿Qué?

— ¿No te lo dijeron? Lo siento, ella quiere conocer y familiarizarse con todos los modelos. Estaba segura de habértelo dicho, en fin, es tu turno.

— Joder, amigo, no hagas nada que yo no haría. 

Suspiro y me dirijo a la que solía ser la oficina de Yates. Toco levemente y un "Pase" es mencionado en una suave voz.

Debí prepararme para el hecho de que ella luciría incluso mejor en persona que en todas esas fotografías. Alza la mirada y sonríe hacia mí.

— Francisco Lachowski.— estiro mi mano hacia ella y lo único que quiero es tocarla.

— Salem. Soy la nueva editora, por favor toma asiento.— lo hago mientras ella revisa una carpeta con la que al parecer son todas mis fotografías de sesiones. — Debo decir que estoy muy impresionada. Eres natural.

— Te lo agradezco. Significa bastante — ella alza la mirada levemente solo para dedicarme una sonrisa y vuelve a la carpeta.

Toda la reunión es básicamente sobre mi y mi carrera en el modelaje, pero sonríe hacia mí de una manera tan sensual que me pone loco. En algún momento ella se levanta y se dirige a un archivero detrás de ella. Mis ojos siguen toda la acción y trazan cada detalle de su cuerpo. De repente ella deja de pasar los papeles pero no se gira.

— Tienes que dejar de mirarme de esa manera.— estoy tentado a negar mirarla en absoluto, pero únicamente me encojo de hombros.

— Es inevitable. Eres preciosa.— se aleja del archivero y se recarga en su escritorio a escasos centímetros de mi.

— Mis intenciones son sacar esta revista a flote.— dice mientras sus brazos se cruzan sobre su pecho.

— Eso es genial, todos trabajamos duro por aquí.

— No tengo otras intenciones con este lugar.

Me levanto de la silla y quedo a escasos centímetros de ella, no se mueve en absoluto, solo levanta la mirada para verme a los ojos.

— Todos queremos que la revista crezca más, pero eso no te impide involucrarte más con el lugar.

— Tal vez no me interesa en absoluto.— sonrío y me alejo.

— Sabes donde encontrarme, ya sabes, para tratar temas que no te interesen — abro la puerta y antes de irme le dedicó una sonrisa rápida.

— Demonios, estuviste ahí una eternidad. ¿Que ocurrió? — Tony me rodea los hombros con su brazo en busca de detalles.

— Nada.

— Joder, ¿me dejaras con la duda?

— Efectivamente.

— Bah, me conformaré con sus fotos en internet.

— Deja de buscarla y sigue acosando modelos.

— ¿Territorial, eh? Está bien, puedes quedarte con ella aunque yo la haya visto primero.

— Eso es estupido.

— No es estupido. Lo hago por qué jamás habías estado así por una mujer. Y claro, tenía que ser la más ardiente del mundo, pero oye, que jamás digan que soy un mal amigo.

— Efectivamente estupido — le propino un buen golpe en el brazo y mientras se queja, mi mirada se desvía a su oficina, esperando deseosamente verla lo más pronto posible.

— — — — —
hello!
Segundo OS del año. Me ha gustado la idea (gracias nuevamente a mi hermano, aunque su idea haya sido originalmente en un periódico) ojalá las haya gustado! Las actualizaciones en mi otro libro de OS (el de personajes) se agilizará así que si pueden dense una vuelta! Gracias por todo.
nos vemos pronto.

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