El tercer punto suspensivo

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Al principio no entendía lo que pasaba, nadie habla de eso y cuando se hace se le resta valor, por eso no pude tomármelo con seriedad. Y el dolor craneal, la mandíbula apretada y los rasguños de mis uñas no me dieron la respuesta, estaba en un laberinto que ni siquiera le conocía por nombre.

Es curioso como uno pretende comprender sus emociones con la razón, como sí darle vueltas con la lógica encontrara una respuesta a lo que acontece. Yo me dedique a escribirlo en cada página de mi diario, con un poco de miedo al inicio de la posibilidad de estar hablando de algo prohibido.

Le agarre un gusto a la tragedia, al lápiz y el papel, a escribir cartas que nadie leería, y aun con la prueba tacita en mis manos, seguía sin comprender que era.

¿Qué hacer? Como cualquier adulto, si una nena de cinco años quisiera tomar rienda de su vida, yo le diría que no. Que no puede decidir qué hacer, que es vulnerable, que le falta aprender cosas.

En mi vida aprendí sobre maternidad más por no hallarle el hilo a mis sentimientos de lo que pude haber aprendido con cualquier otro recurso; me convertí en la mamá de una niña que lloraba todas las noches porque algo necesitaba, y yo no entendía que zacear.

Lo peor de todo es que no le veía el rostro, me sentaba en el tercer punto suspensivo a solo oír sus pasos, pues en cuanto pretendía verle, esta no aparecía. Poco a poquito le agarré la maña, aprendí a hablarle suavecito y de espaldas, sin saber si escuchaba, más bien deseando hablar que a obtener respuesta.

Tuve que aprender a negociar con la malcriada, a decirle que la quería, a dejarla tomar sus decisiones: ambas nos sorprendimos cuando no hubo respuesta, la necesidad iba más allá de la decisión, radicaba en la oportunidad.

Aun no entiendo muy bien, resuelvo una parte y me nacen dudas, pero hay un germen dentro de mí que me dice que está bien no saberlo, es una niña de cinco años que está feliz de que se le tome enserio; me convertí en mi propia madre. 

Los síntomas de la existencia: Diario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora