Quiero hacerlo una vez más, es casi insaciable ¿qué otra cosa podría liberar del dolor además de la muerte?
Pequeños fragmentos como veneno en un ferrero, disfruto el doble sabiendo que la vida se detiene cuando mi cuerpo se resiste.
Quiero hacerlo, no aguanto el dolor, todo cuesta mucho cuando no se tienen las herramientas de regulación.
¿Qué más que el dolor de saber aparte de la muerte?
Desearía tener un amante para estar en la oscuridad, lindo sería dormir las noches frías sintiendo la calidez humana.
Dañada y rota.
Aún así quiero mi amor.
Pues no sé si después será otra cosa entre tanta desesperación de liberar maletas y neutralizar las voces.
Que me despierte el canto de un gallo; que sea yo.
Me arden las llagas de haber sostenido el arma, ojalá me hubieran preguntado si quería participar.
Lo hago contra mi voluntad cada tanto, porque los genes me crearon así.
Y me mutilo los ovarios sabiendo que no tendría que ser mamá de dos. ¿Por qué fantaseo con ello entonces? la ironía de mi vida.
Quiero cuidar de mí, de mi infancia negligente y de mi falta de diagnostico al crecer.
Todo se resume al amor.
Quiero despertar en los brazos de mi vida, si se puede que sea este domingo, no quiero una rutina si no incluye besos de por medio para aliviar el peso de mi alma moribunda.
Y cuando se aleja, no importa porqué me carcome ansiosa la ausencia de un saludo matutino, de un te amo que quiero pronunciar.
ESTÁS LEYENDO
Los síntomas de la existencia: Diario.
Non-FictionPensamientos de un humano en crisis