Quizá el olor de las hojas volando con el aire me traerá alguna nueva idea. Este punto ya no sé.
Siento que jamás estuvo en mí, la memoria artística me falla, me he quedado seca de ideas ahora que ya no puedo hablar ni de la muerte ni del amor.
Por eso lo permito, por eso dejo que las hojas vuelen sin control, esperando que sea suficiente el calor por mis ojos para incitar toda una tormenta mental.
¿Y qué se le hace al miedo? ¿Cómo se le da frente a los sentimientos intrusivos? que empapan de veneno el alma melancólica de un pobre ser humano.
¿Existe una mejor manera de escribir para destrozar esa fibra invisible que construye muros entre sensaciones?
Miro alrededor sin ser consciente de ella ¿cómo pretendo sentirme libre cuando una gran esfera me protege? tanto del miedo como de cualquier otra cosas con la que comparta tintes.
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Los síntomas de la existencia: Diario.
Non-FictionPensamientos de un humano en crisis