Como una escena en retroceso, el blanco vestido deslavado, las guirnaldas florales acunando mi cabello, mis pies descalzos entre la hierba.
Siempre pensé que renacer era desintegrarse para recarnar, ahora sé que es despojarse. No importa quién fui, quien soy o quien seré, solo la resurrección.
Pero mi parpadear va hacia delante, no hacia atrás, lo siento, arrastrándose hacia el cielo las gotas gruesas. Lo siento sin tener que dirigir mi mirada, la tormenta secando las plantas en verde exacto, como si renacer fuese primavera.
— ¿Por qué?. — susurro acarrea un flash de luz negra en la habitación.
Pero las flores y mi sonrisa duran más que nunca: ser feliz también duele
— ¿Cómo? — y las gruesas gotas en mis ojos con la oscuridad.
Sin embargo renazco; renacer también duele.
—¿Cómo me he dejado hacer tanto por los demás?De pronto un silencio de una breve eternidad cuando parpadear no me bastó para regresar al campo.
Oscuridad de un escaso por siempre seguida de los latidos agitados.Y entonces pasa.
Yo sentada en el tercer punto suspensivo y el movimiento de cabeza rápida.
Ahí esta, finalmente se deja ver.
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Los síntomas de la existencia: Diario.
Non-FictionPensamientos de un humano en crisis