Abriendo cajas negras y no eres tú, nunca tú.
Pero te extraño siempre, todas las noches son funerales para mi corazón
Me interrogo por tu alma, si existe, me pregunto por tu cuerpo, si estará demacrado. Y llegan a mi mente cruces, figuras religiosas.
Y una oración hago porque en mi cuarto huele a descomposición
Pero no hay cuerpo nunca yo, no soy yo.
Y me interrogo por mi alma, si existe y me pregunto por mi cuerpo, ya demacrado. Porque te has marchado ahora convivo con la muerte, el silencio es mi pena, los ruidos mi mente
Y me pregunto porqué cuando te busco y te encuentro y cuando no te espero, te veo en todos lados donde las oraciones no cesan o a veces no terminan. Como lo haces tu, eso haces tú.
Es entonces necesario ahogarme de los días de la semana. Danzarme de la mano de la alegría.
Porque te encuentro en todo lo vivo pero sé que estas muerto, te veo en todo lo malo y me pregunto porqué de pronto se parece a ti el señor miedo.
Así que pasare toda la noche insomniando entre versos de amor porque lloro mientras rio y lloro cuando lloro.
Porque no hay una caja, un funeral. Has transcendido a las furias, brota y brota el color rojo: se hace fuego la intención.
