Soy 50% soñadora y 50% miedosa.
Esta mezcla me ha costado 18 años de metas frustradas y un año de adrenalina pura en la universidad.
Soy un casette rayado y no sé si toco las mismas líneas porque nadie me entiende o si quiero engañarme y no lo he logrado.
Me siento ajena en mi mente.
¿Quién soy?
El porcentaje no me hace justicia.
Realmente no sé si soy miedosa o si solo me detengo buscando respirar, tanteando el aire con mi cerebro.
Nunca sé que postura tomar sobre mi misma porque dentro hacen eco las opiniones públicas.
Vivo en estado de fantasía, un 50% es un chiste cuando no sé cuál es la realidad.
Y en mi cuerpo todo se pelea, todo grita y nunca se calla.
Vivo en confluencia con todo el mundo, mis sentidos sensibles no logran funcionar como deben.
Por eso lloro, las extremidades de mi cuerpo se oponen, la gente las controlan
Y no confío en nadie más. Nadie hace el cambio.
Debo ser yo.
Y duele. Duele la responsabilidad.
Duele el debate, el conflicto, las personas, mi cabeza, mis emociones, las palabras, lo que conozco y lo que ignoro.
Duele como todo se echa encima de mí.
Solo tengo 18.
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Los síntomas de la existencia: Diario.
Non-FictionPensamientos de un humano en crisis
