Latidos

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Nunca te importo en realidad herir cada uno de mis latidos, ninguna de las veces en que pudimos estar en desacuerdo. Realmente nunca quisiste lastimarme todo esto, pero termine llorando en cada corredor.

Hiciste demasiadas excusas para hacerme sentir y de hecho comencé a pensar que las estaba matando. Las flores se secaron pero nunca fue mi culpa, debí haber sabido que nunca las pudiste regar.

Nunca quise hacerte sentir mal, solamente esperaba poder amarte, tocar tu corazón. 

Tenías miedo de amar y ser amado, parece que no me tocaba ser a mi quien te enseñara a superarlo, tu no querias aprender.

Nunca te importo en realidad herir cada uno de mis latidos, ninguna de las veces en que pudimos estar en desacuerdo. Ojalá me hubieras dicho cuando viste la tormenta llegar, era demasiado para vigilarlo todo.

Los síntomas de la existencia: Diario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora