CX Todo por un sueño

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Caín miró hacia abajo, donde su guitarra favorita acababa de morir, la suerte se había acabado.

Entró al pequeño departamento cargando su adorada guitarra. No era la primera que había tenido, pero era la primera que consiguió cuando comenzó su nueva vida, cuando dejó de llamarse Maximov. De eso había pasado casi un año.

Estaba teniendo una buena jornada hasta que la lluvia lo hizo dejar la esquina que había convertido en su escenario. Algún día, el poco dinero que recibía se multiplicaría y su escenario estaría entre las estrellas. Dejó la guitarra en la mesa, junto con una bolsa. Buscó algo para secar su cabello.

Violeta apareció por el pasillo, también tenía el cabello mojado.

—Compré pan y leche, no me alcanzó para nada más, la lluvia lo arruinó todo. Mañana iré a otro bar para ver si me dejan tocar. Lo haré gratis, sólo por las propinas de los clientes. ¿Qué tal tu día?

Parte del dinero que reunían era destinada para pagar la escuela de Violeta, ella debía seguir estudiando.

—Fui a ver a Vlad.

—¡¿Qué?! ¡Estás loca! ¡Él nos delatará! ¡Y te encerrarán en un orfanato! —La cogió de los brazos y empezó a sacudirla—. ¡¿Es eso lo que quieres?! ¡¿Tirar nuestros esfuerzos a la basura?!

—Pensé que me abrazaría, pero no hizo nada, sólo pasó por mi lado, ni siquiera me miró.

—Está enojado, es obvio. Nos detesta y le dirá a mis padres. ¡Van a buscarnos, nos encontrarán y todo acabará!

Necesitaba pensar en un idea, pero nada se le ocurría. Nada de lo que él hacía era suficiente para ella, nada.

—Vlad no está enojado, es peor que eso, él me olvidó y te olvidó a ti también… Lo olvidó todo.

Se habían alejado bastante de su ciudad natal, pero no era suficiente, no si ella podía regresar allí cuando le daba la gana.

—Tengo que hacer que me recuerde, él tiene que recordarme. Dijo que me amaba más que a nada en el mundo ¿Cómo puede olvidar algo así? El amor es importante, es lo más importante y él lo olvidó… es nuestra culpa —dijo, mirando a Alex con los ojos llorosos.

—No, no lo es, fue un accidente. Tal vez Vlad ya no te ama, pero yo sí, yo estoy contigo y nunca voy a dejarte, pase lo que pase. —La besó con fervor en la noche tormentosa y lo que se prometió con simples palabras, se selló con el latir de sus cuerpos.

En el momento en que sus respiraciones agitadas se sincronizaron en un único ritmo, Alex Smith supo que jamás había sido tan feliz, Violeta por fin era suya.

Ella ya no era Violeta y se sentía muy diferente, pero nada dijo. Empezó a quedarse en silencio.

—¡Les gustó, Violeta! Escucharon mi canción y les gustó, voy a grabar un disco, mi primer disco, se oirá en todas las radios, la gente la cantará ¡Es un sueño hecho realidad! ¿Cómo te fue a ti?

Luego de tres años de trabajo duro, las cosas al fin iban mejor.

—Me aceptaron en la universidad que quería —dijo Violeta.

Alex la estrechó en sus brazos y se besaron. Él no sabía que la universidad que ella quería era la misma en la que estudiaba Vlad. Tampoco sabía que serían compañeros en muchos cursos, mucho menos sabía que ella intentaría conocerlo una vez más.

La carrera musical de Alex se disparó. Ahora se llamaba Caín. Empezaron los viajes, las largas jornadas laborales. Violeta no tenía tiempo entre sus clases, se distanciaron. Él intentaba verla cada vez que podía, ella seguía cambiado.

Prisionera de Vlad SarkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora