Recapitulo mis días en Tailandia con junto a Khalan; la he visto dulce y tímida, la he visto predispuesta a ayudar, la he visto "volar" con su moto, reírse como si no hubiera un mañana, dormir plácidamente, comer como si fuera un camionero, la he visto mirarme con intensidad, descansar al sol, respetar sus tradiciones, la he visto concentrada en sus pensamientos, organizar cada escapada... pero jamás la he visto hablar.
Me siento muy estúpido en estos momentos, me froto la cara varias veces y noto un peso enorme sobre mis hombros. Tengo la intuición y la empatía en el culo. De verdad que no sé cómo ella sigue siendo tan buena con un tipo tan gilipollas como yo.
- Wind, ¿cómo...?, yo... Yo, no sé qué decir. Lo siento, tío... ¡Soy tan imbécil!
- No te torturés, Valentín. Ha sido Khalan quien no ha aclarado ésto antes. Su pelotudez a veces no tiene límites. Vos no tenés porqué saber de ello, acá no lo sabe mucha gente tampoco. Khalan evita el tema, por eso está así estos días, porque sabe que yo no quiero ocultarlo.
- Pero ella es tu amiga, ¿por qué no respetas su decisión?
- Porque quiero que me platique y para ello hablamos por señas.
- ...
- Si continúa ocultando el hecho de que no puede hablar, no me platicará por señas tampoco. Es frustrante andar de monólogo y no tenés una idea del odio que tengo a la libreta.Me tengo que reír, ¡ahora me parece tan lógico que vaya a todos lados con la libreta de las narices!. No sé cómo no he caído antes. Debe de pensar que soy como mínimo lento, por no decir gilipollas perdido.
- Wind, le pregunto a ella directamente o me cuentas tú por qué no puede hablar.
- ¡Uff, Valentín!. No me pongás en esa tesitura. Khalan es mi mayor. Y es parte de su pasado, un pasado que no es fácil. Para los que somos huérfanos hablar de nuestro pasado a veces es "shokeante".
- ¿Huérfana?- siento que es demasiada información para procesar de una vez.
- Sí, pensé que ya te dijo de qué nos conocemos. Khalan cuidaba de mí en el orfanato desde el mismo día en que yo llegué...- pronuncia con su marcado lleísmo.Wind para de hablar, se gira para mirar la sombra que se acaba de proyectar en la ventana. Khalan estaba parada allí, blanca como el papel y con una expresión devastadora. La llama desesperado - P'Khalan, parate... (----)
Y empieza a mezclar ambos idiomas mientras sale a trompicones de la casa en busca de su amiga. Pero Khalan ha sido más rápida y le ha cogido las llaves de su moto. Wind no reacciona pero yo sí, le cojo las llaves del coche y salgo tras ella.
Me es súper difícil perseguirla porque no conozco las calles, y porque es jodidamente hábil conduciendo. Incluso en esos momentos de tensión me sigue fascinando lo valiente que es, hace giros imposibles, va a toda velocidad y esquiva el tráfico como si fuera una kamikaze. La pequeña tailandesita tiene unos ovarios enormes.
Tengo la suerte de que hay obras delante nuestro, le toca aminorar la velocidad, saco la cabeza por la ventana y le grito - Khalan, stop, pleased- Se gira y me fulmina con la mirada. Da pavor verle esa expresión, pero no me amedrento y cuando la veo parada varios coches delante mía, me bajo del mío y corro como alma que lleva el diablo. La bajo de la moto bruscamente y la llevo medio a rastras fuera de la carretera. No es tarea fácil porque ella va pegándome patadas en las espinillas y cabezazos en las costillas con el duro casco. Me da igual, no quiero que las cosas se queden así, necesito hablar con ella, necesito pedirle disculpas.
-¡Para, joder!- le digo en español.- Khalan, lo siento, ¿vale? lo siento-
Ella sigue como loca, tiene una fuerza fuera de lo normal para una chica de su tamaño, y si los ojos quemaran yo estaría ardiendo en estos momentos. No me deja más opción que noquearla, le pego un codazo en la boca del estómago que hace que se doble sobre sí misma. Aprovecho su debilidad para quitarle el casco, eleva la mirada y veo su expresión con miedo. Las mandíbulas apretadas, las fosas nasales ensanchadas, la cara roja de ira y una mirada fulminante. La cargo como si fuera un saco de patatas y me la llevo lejos de las miradas de los curiosos.
Como ha bajado la guardia la oigo por primera vez, son pequeños sonidos guturales provenientes desde el fondo de sus entrañas. Y sé que son de rabia, pero me ablandan el corazón y la dejo caer suavemente sobre la hierba.
Está respirando pesadamente, levanta los puños para pegarme de nuevo, la bloqueo como puedo. No soy muy bueno en las peleas, porque soy una persona pacífica en general, pero soy más fuerte que ella, así que agarro sus muñecas y las coloco sobre su cabeza. Al verse tan intimidada, conmigo sentado a horcajadas encima de ella, bloqueando sus extremidades superiores, sólo le queda una opción, y con un movimiento al más puro estilo Jackie Chan me ha agarrado el cuello con una pierna, ha girado sobre sí misma y la invertido nuestras posiciones. Ahora la tengo encima mía, roja de ira y me da auténtico pavor lo que me pueda hacer.
Nunca, pero nunca pelees frente a un asiático, me digo a mí mismo. Deben de llevar las artes marciales en la sangre o algo así, y en la mía sólo debe de haber sangría y flamenco al parecer.
Cierro los ojos dispuesto a recibir la paliza de mi vida de manos de una pequeña ardilla, respiro profundamente y frunzo el ceño. ¡Qué sea lo que Dios quiera! me digo. Lo siguiente que noto son sus labios succionando fuertemente los míos.
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Valentín
RomanceValentín pasa de la treintena cuando sus padres deciden que se marche de casa. Su hermana quiere buscarle novio y su mejor amigo acaba de romper con su pareja. Para él, un viaje inesperado le llevará a romper sus propios prejuicios y abrir su corazó...