Volumen primero 1. Sonia está en la edad del pavo

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Mi hermana es tremendamente pesada, ya no sé cómo quitármela de encima.

Sonia se pasa el día viendo series asiáticas de gais y se piensa que yo debería conocer a algún chino para ser feliz. ¿Feliz quién, ella o yo?

La cuarentena le hizo perder las pocas neuronas que tenía. Al principio empezó con unas series pastelosas de coreanos, dónde lo máximo que hacía el prota era darle algún beso en la mejilla a la enamorada. Mi madre pensó que son cosas de la adolescencia, el romanticismo mezclado con sus ídolos del kpop sumado a que Netflix parece tener como mil series coreanas había dado lugar a que las eternas semanas que nos pasamos confinados por el estado de alarma las llenará con esos kdramas [1].

Pero en algún punto se nos fue al lado oscuro, desaparecieron las actrices, desapareció lo suave y empezaron a salir nombres tailandeses hasta en la sopa. Bueno, y no se queda ahí la cosa, chinos, taiwaneses, filipinos, japoneses... Ahora está obsesionada con media Asia. Ella, que no se había fijado en su vida en ningún chino de los bazares o los restaurantes, ahora les pone ojitos cuando vamos a sus tiendas y yo me muero de vergüenza ajena.


...

Mi nombre es Valentín, tengo 31 años y soy un chico del montón. Pero para mi hermana soy una especie de gurú del amor, quizá porque le saco 15 años, quizá porque hace tiempo que soy consciente de que soy bisexual.

En casa nadie se extrañó cuando empecé a liarme con chicos, a pesar de que no tengo pluma ninguna tampoco cumplo el perfil de macho ibérico. Siempre he sido muy libre con respecto a mi género y si algo me gusta me lo pongo/pinto/como. Sencillo.

Mis padres son muy liberales y vivimos en España, dónde hace más de 15 años que existe el matrimonio igualitario. Así que todo guay.

Bueno, o todo estaba bien hasta que Sonia empezó con eso del BL [2]. Me persigue, me pregunta cosas demasiado personales, me presiona para conocer a gente, ver sus series y ha empezado a emparejarme mentalmente con todo quisqui [3] . Ella le llama shippear y me critica no estar a la moda con la terminología tiktokera. ¡Qué pereza de mujer! ¿Acaso no entiende que ya ligo lo suficiente a la manera tradicional? ¡Joder, que trabajo de cara al público y soy bisexual! Los empleados de supermercados no hemos padecido el encierro pandémico y mi campo de caza es amplísimo. No me hace falta Tinder ni Tiktok y solo uso Instagram para subir fotos de viajes o comidas.

Ella no, ella lo quiere todo. Por algo Sonia está en la edad del pavo.


[1] Series de género dramático surcoreanas.

[2] Boys Love, amor entre hombres. Contenido homoerótico o romántico.

[3] Quisqui (o quisque) significa cada uno. Se utiliza vulgarmente para referirse a todo el mundo.

ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora