15. Tequila y mojitos.

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Esa tarde recojo a Álvaro en la puerta del Zara. Hoy trae puesto un pantalón militar con una camiseta blanca ceñida y una camisa abierta en un tono tostado. Podría ir a modelar si no fuera porque se le ve tremendamente cansado.

Han hecho el cambio de temporada en la tienda y sus compañeras y él se han pegado una paliza sacando todo lo de primavera-verano.

- Solo quiero emborracharme y dormir la mona.
- Suena a planazo- estaba harto de seguir pensando en Sonia.

Cogemos tequila, ron blanco, hielo picado, limas, hierbabuena y Sprite. Y a base de mojitos y tequilas anestesiamos nuestra mierda de día. Dan las 22 horas y no he vuelto a casa. El toque de queda me pilla con Álvaro y ahí me quedo aturdido, tirado boca arriba sobre la alfombra del salón. Cierro los ojos unos minutos, todo me da vueltas. No quiero dormirme todavía, pero me concentro en respirar pausadamente e intentar que el alcohol continúe dentro de mi estómago. Parezco derrotado a los ojos de Álvaro.

Siento que se ha acercado a mí, se sienta a mi lado y me toca la cara, un ligero toque en mi sien izquierda. Una pequeña corriente me da un calambrazo que de golpe me recuerda que hace varias semanas que nadie me toca. Se inclina sujetándose con los codos y apoya su frente en la mía.

-¿Qué haría yo sin ti?- murmura.

No sé cuántos minutos estamos en esta posición, pero algo dentro de mí desea que no se aparte nunca. Huelo el alcohol en su aliento, mezclado con la hierbabuena y el limón. Tengo que reprimir las ganas locas de besarle.

Pero Álvaro se levanta despacio y se aleja. Entreabro un ojo y le veo desnudarse de cintura para arriba mientras que se dirige al baño y le pierdo  de vista. Oigo el grifo de la ducha y el sonido de los pantalones cayendo al suelo, mi cabeza me da mil vueltas. Tengo los sentidos aturdidos y parece que mi cuerpo no me responde cuando le digo de levantarse. Pelando conmigo mismo me hallo cuando escucho a Álvaro llorar suavemente bajo el agua.
Se me parte el alma por su lamento. No llora por mí, pero llora a mi lado.

Me acerco al baño y me asomo con cuidado, la imagen que me devuelve me pega un puñetazo en la boca del estómago. Álvaro acuclillado en la ducha, abrazado a sus piernas, con la cabeza entre las rodillas llora y hace pequeño espasmos. Sin pensarlo dos veces me dirijo hacia él, y me meto vestido en la ducha. Lo cargo en brazos y le miro a los ojos. Quiero sacarlo de allí como sea.

Con toda la ropa empapada atravieso el salón y le envuelvo con la manta del sofá. Le llevo a su dormitorio y con sumo cuidado le tumbo de lado. Aparto la manta y le arropo su cuerpo desnudo con el nórdico. Sin pensarlo demasiado me quito toda la ropa mojada, me pongo unos boxer negros y una camiseta amplia y me acuesto a su lado. Sé que mañana me arrepentiré de ésto, pero hoy solo quiero abrazarlo y poder respirar su aroma. Sólo hoy, sólo esta noche.

ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora