Valentín

10. A veces no entiendo por qué somos amigos.

Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío. Y ya había decidido que mi familia dejara de atosigarme.

Cuando dan las 20 llamo a Álvaro, sé que estará saliendo de la tienda - ¿Te apetece quedar?, me gustaría comentarte una cosa- le digo en cuanto descuelga.

- Claro, acércate al centro y damos un paseo, me vendrá bien que me de un poco el aire-

Según voy caminando el plan se hace más realista en mi mente, una extraña sensación de triunfo se apodera de mí y sólo tengo ganas de convencer a Álvaro y mandarlo todo a tomar por culo.

- ¿En qué vienes pensando que se te ve tan concentrado, Val?-
- Si te lo digo prométeme que no harás ningún numerito y lo pensarás un poco-
- ...

Le cuento lo que me ha ocurrido al volver del trabajo, le hablo de la idea de independizarme, del dinero que dejó mi abuela, etc. La cara de Álvaro expresa aprobación y era justo lo que esperaba que hiciera hasta esa parte del plan.

- Ok, lo veo todo bien, ¿no?. Con 31 más que de sobra deberías estar independizado y si encima te cae dinero del cielo...
- Exacto, dinero del cielo. Ahí le has dado Alvarito- y le doy un golpe en el hombro.

Ambos vivimos en la zona norte de la ciudad, pero nuestra ciudad es tan pequeña que más bien parece un pueblo grande. Así que podemos caminar hasta casa y no nos lleva más de 20-25 minutos desde el centro. A drede aminoro el paso y aprovecho para verle caminar delante mía. Hoy lleva un pantalón blanco con una camisa de rayas azules que va abotonada del cuello al hombro. No sé dónde compra esta ropa tan moderna y desde luego choca con mi estilo más de sport. Verme a mí con mi sudadera negra con capucha y los vaqueros desgastados al lado de este chico tan pijito debe resultar curioso.

Álvaro se da cuenta de que le observo y me dice - ¿Qué, te gusta lo que ves?-.

Me fascina que todo, absolutamente todo lo que diga le salga de esa forma tan natural. Creo que no le he pillado mintiendo jamás y nunca le ha hecho falta esconderse en ordinarieces, sentimentalismos o ironías. Álvaro es súper directo y no le teme al qué dirán.

Yo no, soy el rey de las excusas, de los dobles sentidos, de las malas caras y de la máscara de la indiferencia.

A veces no entiendo por qué somos amigos.